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Nueva Orleans: Racismo y corporaciones

Dos jóvenes de EE.UU. ofrecieron a JR una panorámica actual de la ciudad golpeada por el huracán Katrina en 2005

Autor:

Luis Luque Álvarez

Emily Faye Ratner y Jordan Flaherty. Foto: Roberto Suárez En los primeros días de septiembre de 2005, Nueva Orleans era un infierno de aguas pútridas y cadáveres insepultos. El huracán Katrina había dejado una triste huella en millones de personas que vivieron la angustia impotente de ver destruidos sus hogares, mientras el presidente del país veraneaba en su rancho allá en Texas...

El periodista Jordan Flaherty, editor de la revista Left Turn, fue uno de los refugiados de la catástrofe y tuvo en aquel momento la amabilidad de contestar las preguntas de JR. Pero hace pocos días, estuvo en La Habana, en compañía de su novia, la trabajadora social Emily Faye Ratner, y pudimos conocernos personalmente. El tema de la tragedia, por supuesto, fue el centro de nuestra conversación...

JR: ¿Cuál es la situación hoy en Nueva Orleans?

Jordan: «Hasta hoy, 200 000 personas no han regresado. Ello significa el 40 por ciento de la población. Quedan unas 8 000 casas destruidas, y la policía sigue ejecutando arrestos discriminatorios. El sistema de salud, los hospitales, están en muy malas condiciones, y la educación pública está siendo privatizada. Pero también hay esperanza, porque en Nueva Orleans tenemos una cultura de la resistencia. Desde el siglo XVIII contamos en Louisiana con una cultura también de raíces africanas, que ha sobresalido allí con más fuerza que en todo EE.UU. Con una resistencia similar a la de Cuba.

«Hoy las personas de Nueva Orleans se están organizando de muchas maneras para luchar contra el racismo ejercitado por la policía, contra el desplazamiento de las personas que quieren retornar, por la justicia en la reconstrucción. Y se pueden conectar estos hechos con otros de la realidad internacional. Muchos hogares en nuestra ciudad han sido destruidos, ¡como muchos en Afganistán! La gente en Nueva Orleans lucha por el derecho al retorno, como los palestinos luchan por regresar a sus tierras. Y sufrimos un empeoramiento de las condiciones de vida, como lo sufren otros millones de personas en todo el mundo por los programas del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

«No obstante, a pesar de la depresión económica, de las malas noticias, lo importante es que hay una resistencia muy fuerte e inspiradora».

JR: ¿Dónde están ahora los que se fueron?

Jordan: «En varias partes de EE.UU., pero fundamentalmente en Houston, Texas; en Atlanta, Georgia; en Mississippi, en Alabama, en otras partes de Louisiana. Cuando sucedió lo de Katrina, la gente tomó ómnibus, aviones, carros... pero en una sola dirección. Sin un boleto de regreso.

«Hay personas en Utah, en el estado de Washington, en Massachusetts. Muchos quisieran regresar, pero encuentran grandes obstáculos, como que sus casas quedaron completamente destruidas, que el sistema de salud no es el mismo, ni el de educación. La gente quiere regresar, pero hay muchos impedimentos.

«Por otra parte, la policía está muy plagada de racismo. Por ejemplo, solo hay puntos de chequeo policial en los barrios negros. Y han mantenido encarceladas a muchas personas por cargos de muy poca importancia; por ejemplo, han arrestado a individuos por manejar su bicicleta con una sola mano, o a otros los han mantenido en prisión dos meses sin formularles cargos.

«Tenemos una prisión en Louisiana, en la que morirá el 95 por ciento de los que están encarcelados allí. Las penas son de 35 años o más. Muchos de ellos están allí por delitos menores, o por carecer de representación legal. Era antiguamente una plantación esclavista, donde se cultivaba maíz y caña de azúcar, y tiene la misma área que la isla de Manhattan, en Nueva York. Allí, la mayoría de la población penal, entre el 70 y el 80 por ciento, es negra».

Emily: «Yo pienso que, ante tanta privatización en educación, en vivienda, en todos los sectores públicos en Nueva Orleans, es importante para el pueblo de EE.UU. reconocer lo que le pudiera estar viniendo encima en el futuro a todo el país, pues Katrina ha dado la oportunidad para que las grandes corporaciones experimenten con Nueva Orleans.

«Nuestra ciudad es como un símbolo de lo que está ocurriendo en el resto del país, pero también lo es de una hermosa lucha cultural, del esfuerzo de muchas personas por cambios en el sistema, de los afronorteamericanos, pero también de los nuevos inmigrantes, que traen nuevas culturas a la ciudad y trabajan con mucho esfuerzo para salir adelante».

JR: Por último, y ya que han venido a visitarnos, ¿qué significado le otorgan dos jóvenes norteamericanos a los 50 años de la Revolución?

Emily: «Para mí es muy emocionante. Yo hablo mucho sobre Cuba, sobre Latinoamérica, sobre el Che Guevara, sobre Fidel... Y es muy gratificante ver cómo esta pequeña nación ha sobrevivido al bloqueo. Es una inspiración para mí, y para nuestra generación, que ha estado los últimos ocho años bajo el régimen de Bush».

Jordan: «Cada presidente de EE.UU., desde Kennedy hasta Reagan, y hasta George W. Bush, ha estado tratando de derrocar al gobierno cubano, pero Cuba ha ofrecido un increíble ejemplo de resistencia. Y lo ha hecho también durante los años del régimen de Bush, que creyó poder acabar con Cuba, pero que también creyó poder derrocar a Hizbolá en el Líbano, y a los rebeldes en Iraq y Afganistán, o derrotar a Hugo Chávez y a Evo Morales. Cuba es, en este contexto, una de las más brillantes muestras de resistencia, con 50 años de una Revolución que continúa inspirándonos a muchos».

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