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Se cumple un año de la declaración de «independencia» de Kososvo

De los 192 miembros de la ONU, solo 54 han reconocido a la sureña provincia serbia como Estado

Autor:

Luis Luque Álvarez

Ha pasado un año desde que la sureña provincia serbia de Kosovo declaró su «independencia». Y los narcotraficantes están sinceramente agradecidos. Después explico por qué...

La pintada en el rostro de esta albana-kosovar revela la autoría de la «independencia»: «Gracias EE.UU.». Foto: AP Es raro, pero el reconocimiento internacional que debe seguir a un acto justo, no se ha producido. De los 192 Estados miembros de la ONU, solo 54 celebraron al nuevo «país». ¿Morosidad de los demás acaso, o vergüenza ante lo que consideran, no un hecho de justicia, sino un atropello contra Serbia, y una patente para que se repita la historia en otros puntos del planeta?

La ilegal fragmentación del territorio serbio no comenzó en febrero de 2008. Venía de antes, de 1999, cuando la OTAN tomó posesión de Kosovo tras una campaña de crueles bombardeos, que lo mismo despedazaban a civiles kosovares de etnia albanesa que a los serbios.

El terrorista Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), implicado en el tráfico de cuanto ilegalmente traficable existe, había servido los pretextos al atacar al ejército serbio en esa pequeña región de mayoría albanesa (un 90 por ciento de los casi dos millones de habitantes, junto a solo un cinco por ciento de serbios) y provocar la reacción militar de Belgrado. Las evidencias apuntan a que hubo excesos de ambas partes, aunque se le achacan únicamente al entonces presidente serbio, Slobodan Milosevic —muerto en 2006 en raras circunstancias, mientras se hallaba arrestado en Holanda por el llamado Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia—, quien abolió la autonomía kosovar en 1989. De las masacres del ELK contra los pobladores eslavos para ahuyentarlos de la provincia, de sus casas e iglesias quemadas, de sus 1 300 desaparecidos, y de las pruebas de que muchos fueron secuestrados, llevados a Albania, y que sufrieron la extirpación de órganos antes de ser asesinados, no se habla mucho.

Hoy se quiere que Serbia acepte el despojo, porque —parafraseando a un ex presidente finés que ganó el Nobel por santificar los caprichos de EE.UU. y de los antiguos jerarcas del ELK convertidos en políticos— «Milosevic, con sus malos manejos, lo provocó». ¡Pero el gobierno serbio en 2008 no era el de Milosevic! ¿Por qué había que castigar a ese país desgarrándolo, en vez de llegar a fórmulas de verdadera autonomía para la minoría albanesa?

El resultado es, entonces, esta creación estilo Frankenstein: un territorio «independiente» que no es independiente, pues quien lo controla —hasta donde puede— es la Unión Europea, mediante el EULEX (un cuerpo de 1 600 soldados y cientos de asesores jurídicos); un «país» que, hasta tanto Rusia y China posean poder de veto en el Consejo de Seguridad, o sea, por muy largo tiempo, no será admitido en la ONU, y que ha dividido a la Unión Europea, con cinco de sus 27 miembros (España, Chipre, Eslovaquia, Grecia y Rumania) renuentes a aplaudir el latrocinio.

Se trata, asimismo, de un abismo en el que los ciudadanos, afectados por un 45 por ciento de desempleo, van de huelga en huelga y se preguntan qué rayos hacen los políticos con los 1 200 millones de euros que desde Bruselas les están entregando para invertirlos en desarrollo local; y es, en fin, un verdadero paraíso para los narcotraficantes, quienes, como dije al inicio, solo pueden derramar lágrimas de gratitud ante unas no bien definidas autoridades que ignoran cómo el pequeño Kosovo es vía de paso hacia Europa de un tercio de la heroína procedente de Afganistán, otro lugar en el que, por cierto, la OTAN hace de cancerbero...

¿Habrá vuelta atrás en algún momento? ¿Se reconocerá la justicia del reclamo de Serbia? Soy pesimista, lo confieso. También la invasión a Iraq fue ilegal, y a los efectos actuales pocos se acuerdan. Sobre la marcha, algunos tratan simplemente de «arreglar» lo que nació descompuesto.

Tal vez el monstruico de los Balcanes corra igual suerte. Pero llevará tiempo, y mucho, recomponerlo.

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