Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Se resfría Sudáfrica, estornuda el continente

La mayor economía del continente africano también sufre los embates de la crisis económica mundial

Autor:

Jorge L. Rodríguez González

Miles de obreros dejarán de trabajar en las minas de Lonmin en 2009.

La crisis económica mundial no es solo asunto de los países más desarrollados del mundo. El descalabro también toca las puertas del sur, amenazando con agudizar históricos problemas sociales como el desempleo, la pobreza y el acceso a los más elementales derechos humanos como la salud y la educación. Y si hablamos de África, todo puede ser peor...

La locomotora de ese continente, Sudáfrica, comienza a caminar con menos ímpetu. Luego de una década de continua expansión económica, su crecimiento en 2008 fue de 3,1 por ciento, cuando el gobierno había pronosticado un 3,7. La cifra es modesta comparada con los 5,1 puntos porcentuales alcanzados en 2007.

Varias multinacionales radicadas en Sudáfrica han anunciado reducciones en sus plantillas, lo cual agudizará el desempleo, que en 2007 era de un 23 por ciento, y que pudiera aumentar debido a que 250 000 puestos de trabajo se encuentran amenazados este año.

Una de las compañías que hasta ahora más trabajadores echará a la calle es la AngloPlatinum, primer productor mundial de platino. Esta corporación anunció que suprimirá 10 000 empleos —el 13 por ciento de sus 77 000 empleados fijos y temporales— en 2009 debido a la caída de la demanda del sector automotor, esencial consumidor del mineral.

También el grupo minero británico Lonmin, el tercer mayor productor, suprimirá 5 500 empleados de sus minas allí. Este despido no abarca solo a los obreros, sino también a la mano de obra calificada. De los 4 000 trabajadores que Lonmin expulsará en la provincia de Marikana —los otros 1 500 será en Limpopo—, 300 son ejecutivos.

El platino que producen estas dos compañías es utilizado en la fabricación de catalizadores y tubos de escape. Sus valores en el mercado se derrumbaron en 2008 a raíz de la crisis económica y, en particular, por las dificultades que también enfrenta la industria automovilística, la cual, al desplomarse sus ventas, ha tomado sus medidas: reducir fuertemente su producción, y despedir de paso a parte de su mano de obra en sucursales sudafricanas.

Por ejemplo, el fabricante alemán Volkswagen prevé suprimir 400 puestos de trabajo en su planta de Johannesburgo, con el objetivo de reducir su volumen de producción, a causa de la caída de la demanda de vehículos en el mercado nacional y en otros países. Esta firma, que exportó más de la tercera parte de los 92 000 vehículos que en 2008 fabricó en el país austral, prevé que el mercado sudafricano de automóviles caiga un 10 por ciento en el presente año, debido a los altos intereses de los créditos.

La decisión de AngloPlatinum y Lonmin es una mala noticia para una economía históricamente impulsada por la minería.

Por otra parte, en 2008 la producción de oro experimentó su mayor caída desde 1922, al disminuir un 13,6 por ciento. Este descenso propició que Sudáfrica —en 2007, detrás de China en la lista de los mayores productores del preciado mineral— resbalara al cuarto escaño en 2008, antecedida ahora por Estados Unidos.

En este decrecimiento también ha influido la crisis energética destapada en 2008, no por falta de carbón para generar electricidad, sino porque una economía tan expansiva, después de tantos años de crecimiento, precisaba mayores volúmenes de energía que no podían satisfacer las plantas generadoras, las cuales pedían a gritos una millonaria inversión que las pusiera a tono con los nuevos requerimientos de la minería y la manufactura.

Ante el sombrío panorama, el gobierno sudafricano se aprieta los cordones de sus zapatos. Luego de una evaluación de los sectores en riesgo, está previsto para este mes sacar a la luz pública un plan de rescate que contribuya a salvar empleos. Mientras, continuarán los proyectos de inversión en sectores públicos, cuyo valor asciende a 690 000 millones de rands (poco más de 68 000 millones de dólares).

También en abril se celebrarán elecciones presidenciales en las que el gubernamental Congreso Nacional Africano (ANC) espera emerger una vez más con la victoria en la mano, y por tanto hará todo lo posible para que el país sea lo menos golpeado por el tsunami financiero y mantenga su estabilidad política, garantía para los inversionistas extranjeros.

Si la economía sudafricana se resfría, pondría a estornudar a todo el continente, ya que ella sola genera la cuarta parte del PIB de África y el más alto volumen de comercio. Además, se agudizarían males que la democracia multiétnica, establecida desde 1994 con la derrota del apartheid, aún no ha podido resolver totalmente, como la pobreza, la criminalidad y el acceso a la salud y la educación de los más desposeídos.

El golpe lo sufrirían también millones de inmigrantes de la región que cruzan las fronteras de Sudáfrica en busca de una posibilidad, no para mejorar sus vidas, sino para subsistir.

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