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«No tengo temor ninguno de llegar a Honduras», apunto el presidente José Manuel Zelaya al abandonar Managua, capital de Nicaragua, donde hizo una breve escala para continuar rumbo a San Salvador, luego de que tropas militares le impidieran aterrizar en el aeropuerto internacional de Toncotín obstaculizando la pista hondureña con vehículos y efectivos militares.
«Si los pilotos hubieran aterrizado yo estuviera abajo y me hubiese enfrentado a los militares porque no tengo temores», explicó el presidente constitucional de Honduras, a un reportero de una televisora nicaragüense.
El avión que transportaba a Zelaya casi cumple su objetivo cuando en vuelo rasante intentó en dos oportunidades tocar tierra. Pero «los pilotos desistieron aterrizar cuando le pusieron carros en medio de la pista. Yo les pedí que hicieran un esfuerzo pero ellos tenían razón porque es una pista muy corta» y existían amplias posibilidades de ser derribada la nave.
En un mensaje para todos los hondureños que fueron a recibirlo a la terminal aérea de Toncotín, Zelaya trasmitió: «Yo estoy haciendo todo lo que sea necesario para apoyar al pueblo. No voy a dejar ni un momento de apoyarlo».
