26
La presidenta argentina Cristina Fernández manifestó la solidaridad y acompañamiento de los líderes y los pueblos latinoamericanos y del mundo con quienes este domingo sufrieron en Honduras la salvaje represión de los golpistas, al hablar esta medianoche en una conferencia de prensa en San Salvador.
Fernández, que acompañó a Manuel Zelaya ante la prensa tras su regreso del intento por ingresar a su patria y restablecer el orden constitucional, dijo hablar por mandato de Rafael Correa y Fernando Lugo, quienes se encuentran también en San Salvador para acompañar las gestiones que permitan restablecer el orden constitucional en Honduras y al mandatario centroamericano en la presidencia para la que fue elegido por el pueblo.
Estoy aquí en nombre de mis hijos y los hijos de ustedes, para cuando toquen a la puerta al amanecer sea el lechero y no unos militares que nos arrastren fuera del país, manifestó.
La mandataria recordó que ella, como el presidente de la OEA, José Miguel Insulza, presente en la rueda de prensa, son testigos de la barbarie a la que conducen los golpes militares fascistas.
«Siento que hablo en nombre de millones y millones de ciudadanos del mundo que han decidido que la democracia es un bien insustituible y la única garantía de los derechos humanos, tan violentados en el siglo XX», sostuvo.
La mandataria sudamericana explicó que había sido un largo fin de semana para todos, en una época en la que se esperaba que los cuartelazos habían quedado definitivamente en el pasado.
Cristina Fernández apuntó que hechos violentos como los ocurridos en Honduras son la demostración de que la democracia tiene que construirse todos los días, y no solamente desde las instituciones y los líderes, sino desde los ciudadanos.
Puso particular énfasis en que la presencia de los líderes latinoamericanos en San Salvador, como las expresiones de apoyo recibidas en estos últimas días por Zelaya y el pueblo hondureño reprimido por los golpistas, son la manifestación de la necesidad del multilateralismo.
«No son decisiones personales. Es un reclamo del multilateralismo. La garantía de que ningún individuo o nación pueden sentirse superior o por encima de los demás o decidir en nombre de todos. Reconstruir la multilateralidad, y como parte de ella el papel de la OEA y de las Naciones Unidas es la garantía de un mundo más justo y unido», proclamó.
Solo si actuamos de esa manera podremos garantizar el respeto a los derechos humanos y la voluntad de los pueblos, significó.
