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CARACAS, julio 30.— De «grosera campaña» calificó la Cancillería de Venezuela los señalamientos recientes de Bogotá, que ha acusado a esa nación de una presunta entrega de armas a las guerrilleras Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
En un comunicado que sigue al virtual congelamiento de los nexos decretado por Caracas, el Ministerio venezolano del Exterior consideró las aseveraciones colombianas como una «irresponsabilidad», con la cual el país vecino «ha aniquilado los esfuerzos emprendidos por construir una relación binacional para beneficio de ambos pueblos, poniendo claramente en peligro la paz y la estabilidad de la región».
El mensaje también afirma que las acusaciones acerca del grupo de armas supuestamente incautadas a las FARC (y que procedería de Venezuela), trata de justificar «la locura guerrerista que desarrollan a lo interno (en Colombia), y que se empeñan en imponer al resto de los países como única política regional».
Con ello, la Cancillería de Venezuela aludía a la negociada apertura de entre tres y cinco nuevas bases de EE.UU. en territorio colombiano, decisión ampliamente criticada por sectores de ese país.
Las acusaciones rechazadas por Venezuela se suman a otras vertidas contra Ecuador, mediante las cuales Bogotá achaca al gobierno de Rafael Correa haber recibido fondos de la guerrilla para su campaña presidencial. Tales declaraciones también han sido rechazadas por el mandatario ecuatoriano y han vuelto a tensar igualmente las relaciones bilaterales.
