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TEGUCIGALPA, agosto 5.— Agentes policiales acosaron y persiguieron con disparos y gases lacrimógenos a estudiantes que habían tomado la Universidad Nacional Autónoma de Honduras este miércoles, en protesta contra el golpe, justo en momentos en que expertos internacionales denunciaban la ferocidad incrementada de los golpistas contra la resistencia.
«La Universidad ha sido violentada por la Policía, han lanzado bombas lacrimógenas dentro de la Universidad, han golpeado a los estudiantes, me han golpeado», denunció la rectora Julieta Castellanos, citada por Notimex, y expresó su estupor por el modo en que los uniformados violaron el campus. Según Reuters, la policía empleó carros lanzaagua.
«Han sido sobrepasadas nuestras capacidades de responder frente a estas acciones violentas. Hay una política de Estado orientada a provocar esta represión», dijo Andrés Pavón, un abogado que también fue golpeado, denunció Telesur.
Según la televisora, varios estudiantes resultaron heridos. En San Pedro Sula, dos universitarios se declararon en huelga de hambre contra los usurpadores.
Los acontecimientos tuvieron lugar cuando una comisión independiente solicitaba al Consejo de Seguridad de la ONU que se pronunciara contra el golpe, y denunciaba que la asonada fue el inicio de una constante escalada en la violación de los derechos de los hondureños.
Entre otras conclusiones, la misión —que luego de su permanencia en Honduras dio a conocer el documento en Managua— también dijo haber constatado que entre esas violaciones se cuenta un importante número de ejecuciones extrajudiciales, centenares de detenciones arbitrarias, desapariciones, reclutamiento forzoso de jóvenes por el Ejército, y graves violaciones y restricciones a la libertad de expresión. Además, el grupo dijo haber recibido denuncias concretas de la actuación de paramilitares vinculados a organizaciones de narcotraficantes y a equipos de seguridad privada al servicio de destacados empresarios que trabajan vinculados al XV Batallón del Ejército en el departamento de Colón, refirió PL.
En Managua, Leo Gabriel, miembro de uno de los movimientos sociales que también constataron la represión, refirió la probable implicación de dos grupos contrarrevolucionarios de origen cubano, radicados en Miami: Alfa-66 y Omega-7, en las acciones golpistas.
Mientras, los hondureños iniciaban la Marcha de la Resistencia, que partió a la vez desde el sur y el este hacia Tegucigalpa y San Pedro Sula.
«Son miles las gentes que se incorporan por los lugares que pasa», dijo Juan Barahona, coordinador del Frente de la resistencia, a la agencia AP. Organizaciones sociales centroamericanas llamaron a apoyar un Día de Acción Global por Honduras el 11 de agosto.
A pesar del ascenso de la violencia, una anunciada misión de alto nivel de la OEA no había confirmado el miércoles aún la fecha de su viaje a Honduras, con el propósito de insistir para que el régimen acate el plan presentado por el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, mediador escogido por el Departamento de Estado norteamericano.
El presidente Manuel Zelaya, quien se dirigió el miércoles a la Comisión permanente del Congreso mexicano, se quejó de que Washington ha actuado «tibiamente» ante el golpe y dijo que Arias trató con «mano blanda a los golpistas» y fue traicionado por esos «terroristas de la violencia». No obstante, revalidó que la vía diplomática y la mediación deben tener espacio.
Zelaya fue recibido por el presidente Calderón durante su estancia de dos días en México y se preveía que de allí retornara a Nicaragua, de donde viajará después a Brasil.
