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Un muerto y decenas de detenidos fue el saldo de la represión desatada contra unos 1 500 manifestantes opuestos al encuentro del FMI y el Banco Mundial en Estambul, y para el que fueron desplegados cerca de 10 000 policías Autor: Internet Publicado: 21/09/2017 | 04:51 pm
ANKARA, octubre 7.— La policía turca reprimió este miércoles por segundo día consecutivo a grupos de manifestantes opuestos a la cita anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) que sesionó en la ciudad de Estambul, reportó PL.
Agentes antimotines emplearon nuevamente gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a los protestantes, en su mayoría jóvenes que coreaban consignas como «Váyase el FMI; el mundo es nuestro».
Un muerto y decenas de detenidos fue el saldo de la represión desatada el martes contra unos 1 500 manifestantes opuestos al encuentro del FMI y el Banco Mundial, y para el que fueron desplegados cerca de 10 000 policías.
«Aquí en Estambul, esta reunión anual puede ser el inicio de un nuevo FMI y puede que dentro de algunos años ustedes cuenten a sus nietos que se encontraban en Estambul en este momento», declaró Dominique Strauss-Kahn, jefe del FMI, al abrir la cumbre.
Sin embargo, «la credibilidad del Fondo todavía es muy precaria», explicó a AFP Carlos Quenan, experto del Instituto Francés de las Américas. «Todavía no queda claro cuál será la condicionalidad para los nuevos préstamos, ni tampoco el reparto del poder para dar más peso a los emergentes y ganar una mayor credibilidad», agregó.
«No habrá un “nuevo FMI” sin una estructura de gobernanza más representativa y democrática», afirmó Amado Boudou, ministro de Economía de Argentina, un país que en los años 90 era presentado como el «alumno modelo» del Fondo, pero al que la institución financiera dictó políticas económicas que llevaron al país a declararse en suspensión de pagos.
«No creo que se pueda tapar el sol con un dedo», declaró el ministro ecuatoriano de Economía, Diego Borja, quien todavía recuerda que «detrás de las políticas del FMI y del BM, había que enviar a la policía, porque había siempre convulsiones sociales».
