Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Mayor universidad de Venezuela condecora a los cinco antiterroristas cubanos

Las autoridades de la Universidad Nacional Experimental Politécnica de las Fuerzas Armadas entregaron a los familiares de los héroes cubanos una de sus condecoraciones más importantes: la Medalla Orden Humberto Fernández Durán

Autor:

Juana Carrasco Martín

CARACAS.— Para los supersticiosos decir viernes 13 es tocar a las puertas de la mala suerte y que estas se abran en un dos por tres. Pero hoy, en Venezuela, ha sido disfrutar una explosión de vida, de solidaridad, de lucha por la paz, de alborozo de las letras y los libros.

¿Qué puede hacer una periodista? ¿A dónde ir, a qué actividad darle cobertura? Y como una avalancha de agua purificadora aquí están, si no todas, al menos las más significativas, el diario de este diario en plena Revolución transformadora...

En la UNEFA, en la magnífica sede central en Chuao de la Universidad Nacional Experimental Politécnica de las Fuerzas Armadas, hubo un acto de reconocimiento, admiración y amor a «cinco valiosas personalidades de la lucha latinoamericana».

Los presentó el maestro de ceremonias, y tenía toda la razón. Esos son los antiterroristas cubanos Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Fernando González, Antonio Guerrero y René González, cuyos familiares, en nombre de estos héroes que guardan prisión en Estados Unidos, recibieron de las autoridades de la que se considera la mayor universidad de Venezuela, una de sus condecoraciones más importantes: la Medalla Orden Humberto Fernández Durán.

Con el abrazo sentido del general Wilmer Omar Barrientos Fernández, unas palabras que nadie en el Auditorio Alí Primera podíamos escuchar porque salían de sus pensamientos más íntimos, cuando hacía depositarias de los atributos de honor a Mirtha Rodríguez, la madre de Tony; a Magalys Llort y Rosa Aurora, madre y esposa de Fernando; a Isabel Hernández Nordelo, la hermana de Gerardo; a Elizabeth Palmeiro, la esposa de Ramón, y a Olga Salanueva e Irma Sehwerert, esposa y madre de René.

Pero intuimos que se parecerían demasiado a las pronunciadas al margen de su discurso, preparado para tan solemne ocasión: «Hay que vivirlo. Cuánto duele, cuánto sentimiento aflora. Yo siento este acto que estoy haciendo porque pasé dos años, tres meses, 16 días y cuatro horas tras las rejas, por la lucha de mi pueblo». Y ¿quién dice que se es menos general cuando se le hace a un hombre un nudo en la garganta...? «Un día mi madre estuvo en esa lucha de ustedes. Las veo como a mi madre de 87 años, con la que a diario todavía recordamos aquellos años de amargura...»

Con el reconocimiento, la admiración y el respeto a los Cinco y al pueblo cubano, a los héroes desconocidos que luchan por una América Latina que se levanta y está en el camino de una lucha larga con la voluntad de hacer y de crear, la aseveración cierta de que «algún día nos encontraremos con estos hombres» y «un día podrán abrazar a sus hijos en libertad».

Decisión y fuerza emanaba del auditorio de autoridades universitarias, docentes y alumnos que acompañaron a los familiares de los Cinco, al presidente del Parlamento, Ricardo Alarcón de Quesada y al embajador Rogelio Polanco.

Mientras tanto, miles de pulóveres rojos coloreaban la Avenida Universidad, llegados desde la Plaza Venezuela, fuertemente unidos en rechazo a las bases militares estadounidenses que pisotean el suelo y la soberanía colombiana.

Fue la marcha a favor de la paz y en apoyo al patriótico llamado del presidente Hugo Chávez de defender la Revolución Bolivariana. La convocó el Partido Socialista Unido de Venezuela y se multiplicó en otras ciudades del país. Están comprometidos con su historia y con la vida, por eso el pueblo consciente se volcó a las calles.

Y tampoco ahí, en la concentración de pueblo por la paz cuando las amenazas llegan con el paramilitarismo en las fronteras y la mano del imperio mueve hilos vecinos, acababa el día viernes. En el céntrico parque Los Caobos, entre los fuertes árboles que son pulmón en medio de intenso tráfico caraqueño, se daban los frutos de la lectura y el saber.

Chávez dejaba inaugurada la fase capitalina de la Feria Internacional del Libro 2009; el país invitado es Bolivia y el homenaje se hace al escritor venezolano José Manuel Briceño Guerrero y a Casa de las Américas en su aniversario 50. FILVEN ya recorrió durante todo el año 200 municipios de los 24 estados del país, y tiene su cierre en Caracas.

La fiesta es por todo lo alto: libro y lectura con participación masiva de los venezolanos y la presencia de más de 200 expositores, editoriales consolidadas y alternativas, junto al quehacer intelectual de 14 países.

Todo lo que en este día se ha defendido en Caracas, con los Cinco y la marcha por la paz, pudiéramos simbolizarlo en uno de los principales hechos de esta Feria de la lectura: la distribución gratuita de 50 000 libros y la atención en el pabellón infantil, que también abrió sus puertas a la buena suerte, a 12 000 niños y niñas de las unidades educativas que trabajan con la Misión Cultura Corazón Adentro.

Es la gente, es el libro, son los héroes, es la inclusión y la justicia social de un viernes 13 en Venezuela...

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.