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Los muertos sumarían decenas de miles

El presidente de Haití, René Preval agradece apoyo internacional e insiste en la necesidad de ayuda

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Juventud Rebelde

PUERTO PRÍNCIPE, enero 13.— Personas que intentan rescatar a familiares bajo los escombros con sus propias manos, muertos tendidos en las calles y damnificados en espera de auxilio en medio de la confusión, eran escenas repetidas este miércoles en la capital haitiana tras el feroz terremoto del martes, que siguió despertando la solidaridad de gobiernos y pueblos.

La casi total falta de comunicación y del equipamiento necesario, así como el colapso de la escasa infraestructura del país más pobre del hemisferio, dificultaban la implementación de acciones organizadas de salvamento.

A primeras horas del día, el primer ministro Jean Max Bellerive estimó que las víctimas fatales excederán las cien mil. Por su parte, el portavoz de la Cruz Roja Internacional, Paul Conneally, calculó en tres millones las personas afectadas.

Pero en entrevista concedida a CNN en la noche, Preval confesó no saber con exactitud el total de muertos. Digamos que aún es muy pronto para establecer cifras, señaló.
El mandatario afirmó que lo que más le preocupa es que la gente lleve «dos días en las calles», y la imposibilidad de trasladarlas a centros hospitalarios. Asistencia médica es la primera necesidad, señaló Preval, quien agradeció la ayuda brindada por países como Venezuela, Cuba, Francia, EE.UU., Canadá y República Dominicana, entre otros.

En declaraciones previas, el Presidente había recalcado la necesidad de apoyo. «Necesitamos ayuda, necesitamos ingenieros».

Las instalaciones sanitarias en pie estaban totalmente desbordadas y por eso muchas personas eran llevadas a un estadio de fútbol, dijo el ministro de los Haitianos Residentes en el Exterior, Edwin Paraison, quien afirmó que como el sismo ocurrió en el horario en que las personas salían de sus trabajos, muchas se encontraban en la calle, lo que evitó más personas sepultadas. Los hospitales privados ya no aceptan más pacientes porque no los pueden atender, agregó. «Hay sobrevivientes en espera de ser auxiliados con los equipos necesarios».

Entre las víctimas fatales se incluyen 14 miembros de la Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH) —diez brasileños, tres jordanos y un haitiano— quienes perecieron cuando se derrumbó el edificio sede de la Misión. La lista la encabeza Hedi Annaba, el propio jefe del contingente. Según PL, otros 56 funcionarios de la MINUSTAH estaban heridos y unos 150 desaparecidos. El devastador sismo en Haití nos ha afectado de manera especialmente cercana, dijo el jefe de las denominadas Fuerzas de Mantenimiento de Paz de la ONU, Alain Le Roy.

También se confirmó la muerte del obispo de Puerto Príncipe, monseñor Joseph Serge-Miot, cuyo cuerpo fue hallado entre los escombros del arzobispado, mientras que el vicario general, Benoît Seguiranno, se encontraba desaparecido, reportó la agencia católica Zenit. Este miércoles se notificó el derrumbe de la catedral católica y de la episcopal. Asimismo se conoció el fallecimiento de la coordinadora de la Pastoral de la Infancia, la pediatra brasileña Zilda Arns.

En medio del caos, fuentes de la ONU dijeron que volvió a operar el aeropuerto de Puerto Príncipe aunque con limitaciones, pues la torre de control sufrió fuertes daños.

Las réplicas continuaron este miércoles, confirmó la enviada de Telesur, quien dio cuenta del estrago que está causando la falta de víveres y de agua.

Solidaridad mundial

La primera avanzada de ayuda venezolana al pueblo haitiano llegó este miércoles a Puerto Príncipe, en un avión Hércules de las Fuerzas Nacionales Bolivarianas, con medicinas, agua potable y alimentos no perecederos, y las voluntades solidarias de 50 hombres y mujeres especialistas en situaciones de desastre.

En tanto, China envió un equipo de rescate de 50 miembros. También transportó alimentos, equipos y medicinas. Este miércoles estaba previsto que partieran de Brasil dos aviones con 11 toneladas de agua y diez de alimentos, reportó ANSA.

Notimex informó que México enviaría su primer cargamento de ayuda. Francia dijo que 65 especialistas en despeje de escombros ya viajaban al país caribeño. España despachó tres aviones con unas cien toneladas de carpas, mantas, y prometió además tres millones de euros, según AP. Otros países europeos anunciaron ayudas, y un equipo canadiense de reconocimiento evaluará las necesidades en el terreno.

Según EFE, el Grupo de Río manifestó su solidaridad con Haití en una declaración dada a conocer por la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, país que mantiene la secretaría pro témpore de la organización.

Desde la Santa Sede, el Papa Benedicto XVI hizo un llamado  la solidaridad a «estos hermanos y hermanas que viven un momento de necesidad y dolor». La Iglesia Católica, añadió, saldrá al encuentro de todos los necesitados a través de sus instituciones de caridad.

Por su parte, el Consejo de Seguridad de la ONU expresó su solidaridad, al tiempo que la Asamblea General de la ONU celebró una sesión informal para escuchar un resumen del máximo responsable de la organización, Ban Ki-Moon, sobre la evolución de los acontecimientos tras la catástrofe.

Desde Washington se dijo que la secretaria de Estado Hillary Clinton y el jefe del Pentágono, Robert Gates, alteraron sus viajes programados. El Comando Sur anunció el envío de un equipo de 30 efectivos entre los que se cuentan ingenieros militares, planificadores de operaciones y especialistas en comunicación, entre otros.

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