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Estados Unidos en Haití: una ayuda que asusta

Una semana después del sismo, suman 91 los rescatados con vida. Multitudes continúan procurando ayuda por toda la ciudad. El agua es muy cotizada en la capital haitiana

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Juventud Rebelde

PUERTO PRÍNCIPE, enero 19.— Una anciana fue hallada —¡aún con vida!— bajo las ruinas de la Catedral, en tanto helicópteros estadounidenses aterrizaban en los predios del destruido Palacio Nacional ante el disgusto de decenas de haitianos, quienes contemplaron, perplejos, el acto.

Fueron esos los hechos más descollantes de este martes, cuando se cumplió una semana exacta del sismo y todavía víveres y agua eran insuficientes para millones de damnificados, aunque despachos de prensa afirmaran que fluye mejor esa ayuda internacional con tanto trabajo recepcionada en un aeropuerto… también bajo control norteamericano.

La manera ¿arbitraria? en que los enviados del Comando Sur deciden el orden de aterrizaje de los aviones continúa levantando críticas junto al desmesurado despliegue militar estadounidense en la devastada capital, a lo que se sumó el ofensivo despliegue de los hombres de la 82 División Aerotransportada en la sede del gobierno —símbolo de la soberanía de cualquier país— y la «toma del control» en el Hospital General.

Medios internacionales de prensa calificaron la acción en el centro médico como la «primera operación» de los soldados en Puerto Príncipe. «¡Abran paso!», «¡Para atrás!», «¡Fuera!», «¡Cerramos la puerta!», gritaban los uniformados a las personas que intentaban entrar al hospital, mientras ellos avanzaban en fila, con las metralletas a la espalda, luego de dejar guardias en la entrada, describió AFP. Algunos soldados dijeron que estaban allí para ayudar en una «misión humanitaria», y garantizar la seguridad.

Ante las verjas de la otrora sede del gobierno, Wilson Guillaume, uno de los cientos de haitianos que viven en carpas, comentaba: «No he visto a los estadounidenses repartiendo agua y comida en las calles pero ahora vienen al Palacio presidencial, mientras Edmon Reynold manifestaba su escepticismo a la enviada de la televisora: «Vemos que están llegando las tropas de Estados Unidos; ellos son poderosos; no sabemos si en realidad están aquí para ayudarnos».

A bordo del portaviones Carl Vinson, describió Telesur, fue instalada una clínica flotante refrigerada reservada para pacientes y especialistas seleccionados previamente, que contrasta con la realidad en la capital,  allí han atendido a diez pacientes —de ellos, tres estadounidenses— pues su misión central es atender a la tripulación, conformada por 3 500 personas, señaló Telesur, según declaraciones del doctor Alfred Shwayat, a cargo.

Los helicópteros son nuestra principal contribución, señaló por su lado Ted Branco, el comandante del portaviones, quien dijo que su equipo no estaba formado para «recibir y sanar a miles de heridos».

Dos mil infantes de Marina de los 10 000 que ha anunciado el Departamento de Estado llegaron el lunes y se mantenían frente a las costas haitianas en sus barcos, señaló PL. También lo hicieron otros buques de guerra como Underwood y el Normando, con capacidad para el lanzamiento de cohetes Crucero, y el portahelicópteros Bataam.

En lugar de aparatosos despliegues militares, los haitianos añoran de manera urgente alimentos, agua, atención médica, ayuda técnica, y oportunidades de trabajo, comentó PL.

No obstante, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas acordó el envío de 1 500 agentes de la ONU y de otros 2 000 miembros de las llamadas misiones de paz del organismo, quienes se sumarían a los 9 000 que ya tienen en Haití. El propósito, se afirmó, es contribuir a la estabilidad y a la reconstrucción.

Largas filas de ciudadanos copan las principales arterias de la ciudad, en busca de alternativas para llevar un bocado a sus hijos y otros familiares, quienes en la mayoría de los casos pasaron la noche a la intemperie.

Las inmediaciones del aeropuerto internacional Toussaint Louverture fueron una vez más destino para cientos de damnificados, a la espera de la ayuda.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU dijo que esperaba impulsar las operaciones para aumentar las raciones de alimentos de 67 000 a 97 000, pero es necesario que lleguen a 100 000 en los próximos 30 días, por lo que pidió más donaciones. Según John Holmes, encargado de temas humanitarios para la ONU,  no todos los 15 centros de distribución organizados por el organismo mundial están funcionando.

El puerto de la capital permanecía bloqueado pero se afirmó que la distribución de alimentos estaba aumentando y, según voceros estadounidenses, estarían aterrizando ahora al aeropuerto, cien vuelos diarios. Pero EFE aseguró que la ayuda allí se sigue acumulando.

Multitudes de personas viven en campamentos de lona y otros en automóviles, y algunas fuentes reportaron esporádicos episodios de violencia o saqueo. También hay desinformación: muchas personas no saben aún si sus parientes están vivos o muertos. El riesgo de epidemias e infecciones se mantiene latente, aunque no se han desatado pandemias, aseguró la Organización Mundial de la Salud. Setenta mil cadáveres han recibido sepultura.

Mientras, se informaba por Washington que los intentos de los haitianos que pretendan llegar a territorio norteamericano por mar serán frustrados, porque se les interceptará en el mar y se les enviará de regreso, advirtió el Departamento de Estado, según pudo leerse en un portal de Internet. «Si creen que llegarán a Estados Unidos y las puertas se les abrirán, ese no es el caso».

En España, la coalición Izquierda Unida (IU) demandó respeto a la soberanía de Haití y alertó sobre actitudes prepotentes. Aunque Haití está sufriendo las consecuencias de un devastador sismo, su población no es ingobernable y debe respetarse su soberanía, dijo el portavoz, Gaspar Llamazares. Desde Bolivia,  el vicepresidente Álvaro García Linera, denunció que la pretensión de EE.UU. es mantener una presencia militar permanente en Haití. De no existir un rechazo continental rápido, esa nación puede convertirse en otra base militar norteamericana en la región, alertó.

Rescatistas salvan otra vida

La feliz aparición del cuerpo con vida de una mujer rescatada por el equipo mexicano conocido como los Topos, en coordinación con otros grupos, emocionó incluso a los propios salvadores y elevó a 91 el número de víctimas rescatadas. Veinte fueron salvadas en las últimas 48 horas, a juzgar por cifras del domingo que citaban en 70 los rescatados hasta aquel momento.

Una llamada desde un celular avisó a los rescatistas, hace días, que permanecían personas con vida bajo las ruinas de la iglesia, pero la falta de los implementos necesarios dilataron el operativo hasta este martes.

Siete días después del desastre, el hallazgo de personas vivas sigue pareciendo un milagro, pero expertos reiteraron que la forma en que se derrumbaron los edificios dejó grandes espacios alrededor de las víctimas y bolsones de aire, lo que mantenía las esperanzas de que haya aún más sobrevivientes.

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