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BAGDAD, agosto 25.— Al menos 62 personas murieron este miércoles y cerca de 250 resultaron heridas en Iraq, en una serie de ataques coordinados en diversos lugares del país, reportó ANSA.
Casi todos los atentados con bombas, algunos cometidos por suicidas, tenían como objetivo a la policía iraquí, que junto al ejército asume la responsabilidad de la seguridad en el país, luego de la «retirada» oficial de las tropas estadounidenses —quedan 50 000 efectivos norteamericanos en el Estado árabe.
La serie de ataques coordinados contra los puestos de policía comenzó a primera hora de la mañana. En Bagdad, en el barrio septentrional de Qahira, un suicida en un camión lleno de explosivos se lanzó contra una caseta, que quedó destruida en parte. Quince personas murieron y 50 fueron heridas.
Poco después, en Kut, 150 kilómetros al sur, otro atacante suicida, quien conducía un coche-bomba, se incrustó contra el muro perimetral de una comisaría. Treinta policías murieron y otras 90 personas fueron heridas, muchas de ellas civiles que se encontraban en el lugar.
En las mismas horas, un coche-bomba estacionado cerca de la estación de policía de Kerbala, en el sudoeste de Bagdad, explotó y dañó el edificio, al tiempo que hirió a decenas de personas. En Basora, principal puerto meridional de Iraq, hubo situaciones similares, así como en Ramadi (centro).
Según PL, el total exacto de decesos aún es impreciso, mientras la violencia escala de manera incontrolable, luego de poco más de siete años de ocupación militar extranjera, la inminencia de la retirada de las tropas y el desmontaje de la estructura estatal anterior.
Las fuerzas de seguridad iraquíes responsabilizaron por los atentados a la insurgencia vinculada con Al Qaeda, según señaló en Bagdad el general Qassim al Moussawi, portavoz de los cuerpos policiales.
