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Revertida la intentona golpista en Ecuador

Una gran multitud dio la bienvenida a Correa en el Palacio de Carondelet, luego de 12 horas de secuestro por grupos de la policía. Un operativo de las Fuerzas Armadas junto a la beligerancia del pueblo revirtieron el conato de golpe protagonizado el jueves. «Fueron unos cuantos, que serán sancionados», advirtió el presidente

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Juventud Rebelde

Quito, septiembre 30.— Una multitud jubilosa que hacía ondear la enseña nacional y banderolas con el color verde del gubernamental Movimiento Alianza País así como de diversas organizaciones sociales y populares, dio la bienvenida al presidente Rafael Correa al Palacio de Carondelet, luego de su secuestro durante buena parte de este jueves por grupos de la Policía, en el denominado Hospital Metropolitano de ese cuerpo, en esta capital.

«¡El pueblo, unido, jamás será vencido!», y «Correa, amigo, el pueblo está contigo», gritaba la multitud que, durante todo el día estuvo allí exigiendo su regreso, y ahora también daba vivas a su Presidente cuando este se asomó a la terraza principal del Palacio de Gobierno.

Carteles alusivos a la Revolución Ciudadana también eran enarbolados por la multitud, mientras en los balcones igualmente le daban la bienvenida los miembros de su gabinete.

De pie, a pesar de la lesión sufrida durante los disturbios de este jueves en una rodilla recién operada, Correa se dirigió al pueblo.

En sus primeras palabras, pidió un minuto de silencio. Para liberar al Presidente, explicó, han caído hermanos ecuatorianos. Es un día de profunda tristeza que jamás creí que iba a llegar en mi gobierno de justicia y dignidad, que solo busca el buen vivir, y sobre todo, ayudar a los más pobres, y a esa policía que, dijo, había sido manipulada.

Correa puntualizó que las acciones fueron protagonizadas por grupos del cuerpo policial manipulados por agrupaciones de la oposición. Hay muchos infiltrados de partidos bien conocidos conspirando; no todos fueron policías, advirtió.

«¡Lucio, asesino!”, coreó entonces la multitud en alusión al ex presidente Gutiérrez, del partido Sociedad Patriótica, traidor a los indígenas que lo acompañaron en la presidencia y traidor al pueblo, que en amplia movilización lo demovió y puso en fuga en el año 2005, castigando así su quehacer neoliberal. Durante la jornada trascendió el sospechoso llamado del ex presidente Lucio Gutiérrez, en medio de la tensión que atravesaba el país, a disolver la Asamblea y convocar a elecciones, lo cual fue calificado de irresponsable y oportunista por representantes de los movimientos sociales.

Que esto sirva de ejemplo a los que quieren, a través de la infamia, detener la Revolución Ciudadana, puntualizó el mandatario en evidente alusión a la reversión de los planes de este jueves, y también agradeció a «los miles de compañeros que fueron a rescatarme al Hospital, y que cobardemente fueron recibidos con gas pimienta y lacrimógeno por la policía. ¡Cómo van a ser policías los que se comportaron de esa manera!, exclamó.

También agradeció a los que en todo el país se movilizaron en apoyo «al Gobierno nacional, a la Revolución Ciudadana y a la democracia en nuestra patria», y a su guardia personal, así como a funcionarios del Estado y asambleístas que sin medir el peligro, acudieron hasta el lugar donde lo tenían recluido para brindarle su apoyo.

Con ese valor y lealtad nada nos podrá detener, dijo. Jamás cedimos ni aceptamos negociar nada. Bajo presión nada, por el diálogo, todo, aseveró.

También tuvo palabras de reconocimiento para los países de América Latina y del mundo que se pronunciaron en apoyo a su mandato.

Los hechos

Al narrar los acontecimientos del día, Correa explicó que al enterarse en la mañana de que había problemas en algunos regimientos policiales —sobre todo en el Quinto— por la aprobación de la denominada Ley Orgánica del Servicio Público, que supuestamente rebajaría los ingresos de los policías, acudió a explicarles. Cuando se retiraba, lanzaron bombas lacrimógenas «directo a nuestro rostro, contó. Me tuvieron que llevar al Hospital de la policía donde me mantuvieron secuestrado supuestos policías nacionales», como los calificó porque, dijo, avergüenzan al cuerpo y tendrán que salir de la Policía Nacional, aseveró.

A quienes preguntó si se habían leído la ley por la cual estaban reclamando, explicó, solo uno de 15 de los consultados por él, la había leído.

Todos se habían dejado llevar por los rumores que echaron a rodar los conspiradores. Se dejan engañar, aseveró. Gran culpa de esto la tienen los conspiradores de siempre, que manipularon. Por eso, más que nunca, compañeros, a unirnos para vencer a estos vendepatrias y sacar la patria adelante.

Gracias a todos los que se arriesgaron, a mis compañeros del Movimiento Alianza País, reiteró. Fueron unos cuantos que serán sancionados. Y la ley, no será revocada. Con el diálogo todo, por la fuerza nada, sentenció.

El rescate

En un vehículo oficial, al filo de las 9 y 30 de la noche en Ecuador, y rodeado por vítores de victoria de los ciudadanos que se mantenían pugnando con los sublevados por llegar a donde lo tenían secuestrado, Correa logró ser sacado y era llevado en un vehículo hacia Carondelet, mientras, en las inmediaciones del Hospital, continuaban los enfrentamientos entre los militares que acudieron a su rescate y la policía.

Las Fuerzas Armadas ecuatorianas debieron tomar por la fuerza el Hospital Metropolitano de la Policía de Ecuador, donde los sublevados mantuvieron secuestrado al presidente  Correa, en lo que el propio mandatario había calificado como intento de golpe de Estado.

«Estamos aquí luchando por la democracia», dijo uno de los ciudadanos entrevistado por Telesur, en tanto otros portaban carteles a favor de su mandatario.

En horas de la noche, y luego de un día de tensión, camiones con efectivos de las Fuerzas Armadas llegaron a los alrededores del centro asistencial de la policía, donde también el pueblo pugnaba por entrar desde temprano, pero impedidos de hacerlo, víctimas de los gases lacrimógenos y los disparos lanzados por los agentes amotinados.

Al momento del rescate, ráfagas de bala convirtieron de pronto las inmediaciones del Hospital en lo que el enviado de Telesur calificó como una guerra entre las Fuerzas Armadas y la policía.

La ciudadanía allí congregada, ajena al ruido de las balas, se mantuvo sin embargo en las inmediaciones coreando consignas a favor de la constitucionalidad y de Correa, y manifestando su apoyo a los militares que acudían al rescate del Jefe de Estado.

Amplio respaldo internacional

Gobiernos de toda Latinoamérica y del resto del mundo condenaron el fallido intento de golpe de Estado mientras Correa estuvo secuestrado.

Uno de los primeros en denunciar los hechos fue el presidente venezolano Hugo Chávez, quien desde su cuenta de Twitter@chavezcandanga, lanzó el mensaje: «Están tratando de tumbar al Presidente Correa. ¡Alerta los pueblos de la Alianza Bolivariana! ¡Alerta los pueblos de UNASUR! ¡¡Viva Correa!!», al tiempo que llamaba a evitar la desestabilización de la Revolución Ciudadana.

Más adelante, en comunicación directa con la cadena multinacional Telesur, aseguró que manos del oscurantismo estaban detrás de los acontecimientos en Ecuador.

La bestia fascista, agregó, asoma nuevamente sus garras, como en Honduras. Se trata de un intento de golpe contra el ALBA, contra los Gobiernos progresistas, advirtió.

Los que levantamos la bandera del socialismo somos los que estamos en la mira de las fuerzas de la derecha, cuyo amo está en Washington, enfatizó Chávez.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, también rechazó los fallidos afanes golpistas en Ecuador y ratificó su total respaldo «a la democracia, al pueblo y al presidente Correa».

En un comunicado, el jefe del Estado nicaragüense, Daniel Ortega, llamó a todos los gobiernos y pueblos latinoamericanos y caribeños a pronunciarse y movilizarse en respaldo a Correa y su gobierno, caracterizado por «su apego a la democracia y a las leyes».

Ortega denunció además, los acontecimientos protagonizados por los «sectores retrógrados y antidemocráticos» contra el presidente ecuatoriano Rafael Correa, a quien calificó de uno de los más populares y de mayor respaldo democrático en América Latina.

El Gobierno de México, por su parte, mostró también su pleno respaldo al líder ecuatoriano, al tiempo que Brasil expresaba su total apoyo y solidaridad al Presidente de Ecuador y a las instituciones democráticas de esa nación sudamericana. La Cancillería de Paraguay destacó su apoyo a la institucionalidad democrática, al tiempo que rechazó todo tipo de intentos de desestabilización en la nación ecuatoriana. En igual sentido se pronunció el Ministerio del Exterior de Argentina, mientras un gran número de ciudadanos se apostaba en las afueras de la Embajada de Ecuador en señal de apoyo.

Los gobiernos de Colombia, Perú, Costa Rica y Guatemala, entre otros, también fustigaron la intentona golpista. Similares posturas llegaron también desde Europa, con comunicados del Gobierno español, de la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton y del presidente francés Nicolás Sarkozy.

Desde la ONU, los países miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) condenaron la conspiración antidemocrática. En una declaración difundida en la sede de Naciones Unidas, los integrantes del grupo rechazaron los actos de insurgencia y rebelión registrados este jueves y condenaron de la manera «más enérgica y categórica» la conspiración antidemocrática.

La OEA, por su parte, reunió de emergencia a su Consejo Permanente en Washington y se pronunció por la pronta restitución del orden constitucional en la nación ecuatoriana.

La Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), en tanto, expresó por intermedio de su secretario general, Néstor Kirchner, el firme compromiso con el presidente Correa y decidió una reunión de urgencia en Buenos Aires. El Foro de Sao Paulo, también expresó su solidaridad.

Por medio de un comunicado, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, señaló que su país deploraba la violencia presentada en Ecuador y expresó su apoyo al presidente Rafael Correa, a las instituciones y al Gobierno legalmente constituido, al tiempo que llamó a los ecuatorianos a trabajar juntos por fortalecer la democracia, las instituciones y para que se recuperara lo más pronto la paz en el Ecuador.

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