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BRASILIA, enero 17.— Más de 650 personas han muerto en los estados de Sao Paulo y Río de Janeiro, ubicados al sureste de Brasil, debido a las intensas lluvias que desde inicios de año castigan a la población de ese país con inundaciones y deslizamientos de tierra.
El último balance preliminar de los organismos de socorro, y autoridades de Río, confirmaron 286 fallecidos en Nova Friburgo, 284 en Teresópolis, 56 en Petrópolis, 19 en Sumidouro y cuatro en Sao José do Vale do Río Preto.
Según Telesur, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, ordenó que varios organismos estatales adopten las medidas necesarias para atender a los afectados por las inundaciones y deslaves que han provocado las torrenciales lluvias.
En un comunicado emitido la noche del domingo, la Secretaría de Comunicación Social anunció la decisión de Rousseff sobre las acciones del Gobierno federal para prestar socorro a las víctimas de las precipitaciones.
El Gobierno aseguró que continuará siguiendo de cerca la situación y dará total prioridad al apoyo a la población de esa zona, donde pasan de 14 000 las personas desalojadas por la catástrofe.
El Ministerio de Defensa asignó 586 militares del Ejército de Tierra, la Marina y la Aviación para socorrer a las víctimas. Las Fuerzas Armadas trasladaron a la región 12 helicópteros, 74 vehículos, dos retroexcavadoras, un hospital de campaña, tres ambulancias, un generador y una torre de iluminación.
Asimismo, la Fuerza Nacional del Ministerio de Justicia mantiene 225 hombres en Río de Janeiro, de ellos 80 bomberos militares especialistas en rescates, 130 policías militares y 15 peritos para auxiliar en la identificación de cadáveres.
