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Aumenta el riesgo de escape radiactivo en Japón

En medio del conteo de víctimas y las labores de rescate, el pueblo japonés teme enfrentar una catástrofe nuclear a causa de las averías causadas por el terremoto en cuatro de los seis reactores de la central nuclear de Fukushima

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Juventud Rebelde

TOKIO, marzo 15.— Un nuevo incendio se declaró este martes en el reactor 4 de la central nuclear de Fukushima, al día siguiente de que otra provocara un primer incendio y dañara el techo del edificio que alberga el reactor 2, según anunció la prensa japonesa.

La situación que vive el archipiélago, luego que el terremoto de 9.0 en la escala Richter dañara varios reactores en la planta nuclear, se complica por horas lo que suma tensiones extras a la muerte y desolación causadas, tanto por el terremoto como por el posterior tsunami.

Los ingenieros de la central explicaron en la televisión pública japonesa NHK que proyectan inyectar agua desde helicópteros por orificios que tiene el edificio del reactor 4, que se originaron por el incendio del lunes. Al parecer esta es la única variante de accesibilidad al edificio para intentar enfriar las barras de combustible en el interior del núcleo del reactor y evitar su fusión. Hasta el momento cuatro de los seis reactores de la planta nuclear resultaron afectados por el movimiento telúrico.

Las explosiones de lunes y martes enviaron, según reportó Telesur, partículas radiactivas a la atmósfera que luego fueron arrastradas por los vientos y podrían haber llegado a Tokio —a 240 kilómetros de Fukushima— donde la población entró en pánico y muchos intentaban salir de la ciudad y abastecerse de alimentos y provisiones, pero de modo ordenado.

El primer ministro Naoto Kan ordenó la completa evacuación de las últimas personas que quedaban en los 20 kilómetros a la redonda de la planta (unas 180 000 personas ya han sido evacuadas) y llamó a quienes viven a 30 kilómetros a no salir de sus casas. Asimismo se estableció una zona de exclusión aérea.

«La posibilidad de una mayor filtración radiactiva está aumentando», afirmó Kan en un discurso a la nación en el que pidió calma a la población que vive en total incertidumbre ante la inminencia de una catástrofe de iguales o mayores proporciones que la vivida el viernes último.

Según Reuters, las autoridades al sur de Fukushima informaron el martes que el nivel de radiación era 100 veces mayor que el normal, pero indicaron que esos niveles son preocupantes si las personas se exponen a la radiación por un tiempo prolongado.

Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) envió un mensaje tranquilizador cuando aseguró que Japón estaba tomando todas las medidas para proteger a su población.

«Hasta ahora, los japoneses han tomado todas las medidas necesarias, evacuación, refugio y acumulación de reservas de yoduro de potasio», indicó a Reuters desde Ginebra, Gregory Hartl, portavoz de la OMS, quien agregó: «Estas son las medidas de salud pública generalmente acordadas para el nivel de exposición que existe en este momento».

El Gobierno ha repartido unas 200 000 dosis de yodo entre la población como un modo de proteger la glándula tiroides de los efectos de la radiación.

En medio del miedo por la fuga radioactiva continúa el recuento de víctimas mortales y la búsqueda de supervivientes. Según un parte oficial citado por El País, hasta el momento el saldo total alcanza casi los 4 000 de fallecidos, aunque muchos temen que supere los 10 000. Al tiempo que han sido halladas con vida unas 25 000 personas.

El operativo de salvamento está encabezado por 100 000 efectivos de las Fuerzas de Auto Defensa, equivalente al Ejército según la Constitución de Japón, a los que se unen reservistas y voluntarios. La labor de los equipos de rescate está constantemente afectada la gran cantidad de réplicas.

Este martes trascendió que los costes financieros del desastre se estiman hasta en 180 000 millones de dólares, mientras analistas pronostican que la economía japonesa, la tercera mayor del mundo, podría caer nuevamente en recesión.
Tokio ha agradecido la solidaridad de los 102 gobiernos extranjeros -entre ellos de países muy pobres como Afganistán o Timor Oriental- que han ofrecido algún tipo de ayuda a Japón, que sufre según reconoció el Gobierno, su mayor crisis desde la II Guerra Mundial.

Mientras, el grupo de los ocho países más desarrollados del mundo (G-8), que incluye Japón, en el documento de la reunión iniciada el lunes en París, se manifestaron «preparados para aportar a Japón cualquier ayuda posible para responder a las consecuencias del desastre».
Estados Unidos, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia, Canadá, y Rusia expresaron su «plena confianza en la capacidad de Tokio de resolver esta crisis» y destacaron el «coraje y dignidad» del pueblo japonés.

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