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Más de 30 muertos y decenas de heridos causó este domingo un ataque comando de la insurgencia contra la sede del gobierno provincial de Parwan, en Afganistán, cuando tenía lugar una reunión con asesores de la OTAN. El asalto ocurrió en la ciudad de Charikar, capital de Parwan, a unos 50 kilómetros al norte de esta capital, precisó PL.
Un kamikaze hizo estallar un coche bomba en la entrada del complejo en donde están las oficinas, y abrió paso a hombres armados, indicó Sidiq Sidiqi, vocero del ministerio del Interior. El gobernador, Abdul Basir Salangi, quien resultó ileso, afirmó que el comando lo integraron seis insurgentes, quienes murieron en la acción. La mayoría de las víctimas eran empleados gubernamentales y policías que custodiaban el edificio, con una cifra de heridos de 34, añadió el funcionario. Salangi es un conocido ex comandante durante la ocupación soviética (1979-1989), que también combatió contra los talibanes en el poder entre 1996 y 2001. Tras el derrocamiento de los talibanes, fue jefe de policía de Kabul y luego de Kandahar.
Testigos presenciales declararon a medios de prensa en Kabul que el combate se extendió por más de dos horas, hasta la intervención de helicópteros de la Organización del Tratado del Atlántico del Norte (OTAN). Mientras, el mando de la OTAN admitió la muerte de un soldado francés y otro británico en las regiones de Kapisa y Shaparak, en el noreste del país. De esta manera, y según el sitio web Casualties, los muertos en lo que va de año entre las tropas extranjeras llegaron a 397, de ellos 292 estadounidenses, cifras que como promedio solo son superadas por las de los años 2009 y 2010.
Por su parte, Zabihulah Muyahid, un vocero de los talibanes envió a la AFP un mensaje de texto por celular reivindicando este «ataque suicida con varios kamikazes contra la sede del gobernador de Parwan». Los talibanes han multiplicado recientemente los ataques contra emplazamientos estratégicos o altas personalidades en Afganistán. El sábado 6 de agosto, un helicóptero de Estados Unidos se estrelló en este país y causó la muerte de 30 militares estadounidenses, en otro incidente reivindicado por los talibanes, el más mortífero para la coalición desde la invasión de este país hace casi diez años. Los nuevos actos de violencia preocupan sobremanera a la OTAN, cuando sus fuerzas comienzan a retirarse del país y a traspasar la responsabilidad de la seguridad a las fuerzas afganas.
