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SANTIAGO DE CHILE, octubre 19.— Con indeclinable determinación, los estudiantes y trabajadores chilenos tomaron nuevamente las calles en demanda de cambios estructurales en el modelo educacional, gestado en la dictadura y considerado entre los más excluyentes del mundo.
En clara demostración de la robustez del Movimiento Social por la Educación Pública y Gratuita tras más de cinco meses de movilizaciones, trabajadores públicos y privados de todos los sectores del país se adhirieron de manera alegre y pacífica a la manifestación, convocada por los estudiantes en la segunda jornada de un paro nacional de 48 horas, reportó PL.
Padres y apoderados, niños, abuelos y jóvenes bailaron y cantaron canciones alusivas a la reforma estructural a la educación que desde hace cinco meses reclama un 80 por ciento de la sociedad chilena, describió ANSA.
«Tenemos todo el apoyo del mundo», «El Gobierno nos ha cerrado las puertas, no quiere escuchar» y «Esta lucha no se resolverá este año», fueron algunas de las afirmaciones en las que se centró el discurso de la dirigente estudiantil, Camila Vallejo, poco después de culminada la marcha, en un gran escenario en el centro de la capital, detalló el despacho.
Mientras, el vocero de la Confederación de Estudiantes de Chile, Camilo Ballesteros, criticó la decisión del ejecutivo de aplicar la Ley de Seguridad del Estado con el alegado fin de enfrentar las acciones violentas enmarcadas en el clima de la protesta social.
Ballesteros cuestionó que se asocien actos vandálicos con la protesta en contra de la educación de mercado, y valoró que los hechos violentos perjudican al Movimiento, porque distraen el foco de atención de lo esencial. Impugnó en ese sentido la quema de un autobús el martes por un grupo de encapuchados, lo que —dijo— se trata de un hecho totalmente propio de delincuentes, que más que ayudar al movimiento estudiantil, le pone una problemática mayor, y peor aún, termina siendo una justificación para poder atacarlo y no seguir discutiendo el problema de fondo, señaló.
La Ley de Seguridad del Estado fue creada durante el régimen militar de Augusto Pinochet (1973-1990) con el propósito de reprimir la protesta social, entre otros objetivos.
