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PARÍS, noviembre 23.— Francia pidió este miércoles una «zona segura para proteger a los civiles» en Siria, la primera vez que una gran potencia occidental sugiere una intervención internacional en el terreno en los ocho meses de inestabilidad en esa nación; en tanto España dio su espaldarazo a los opositores sirios.
Según Reuters, el ministro de Relaciones Exteriores galo, Alain Juppe, dijo que «el establecimiento de lo que denominó un “corredor humanitario” en Siria con el presunto pretexto de proteger a la población civil, es un punto que hemos examinado y voy a proponerlo en la agenda del propio Consejo europeo».
Juppe hizo estas declaraciones luego de reunirse con el presidente del opositor Consejo Nacional de Siria (CNS), organización a la que describió como «el socio legítimo con el que queremos trabajar», en el apoyo internacional más importante para un incipiente grupo que busca la caída de Bashar Al-Assad, dijo el despacho.
Este mismo apoyo brindaron Francia y otros países occidentales al autoproclamado Consejo Nacional de Transición de Libia, que se convirtió en la fachada local de la guerra emprendida por las principales potencias y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) contra el asesinado líder Muammar Al-Gaddafi.
El Canciller galo manifestó que la «dimensión humanitaria» es un tema que debe ser estudiado por la Unión Europea y la Liga Árabe, precisó el despacho.
Por su parte, la ministra de Asuntos Exteriores española, Trinidad Jiménez, ofreció este miércoles el apoyo de su país al CNS, al reunirse con una delegación de la agrupación opositora encabezada por uno de los miembros de su ejecutivo, Ahmad Ramadan, quien posteriormente mantuvo un encuentro con el Partido Popular, que ganó las elecciones el pasado día 20 y formará el próximo Gobierno español.
Según el representante del CNS, Jiménez se comprometió a hacer todo lo posible para «aislar y arrinconar» al Gobierno de Al-Assad, apuntó EFE.
Ramadan se mostró en contra de una posible intervención militar al estilo de la que la OTAN llevó a cabo en Libia, al considerar que hay otras «muchas formas» de proteger a la población civil, y pidió a España y a la UE que promuevan nuevas sanciones contra Al Assad y su entorno, y que presionen a Rusia para que acepte una resolución de condena en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que se sume a la aprobada el martes por un comité de la Asamblea General.
En tanto, Rusia rechazó la manipulación del tema de los derechos humanos en el caso de Siria, según fuentes de la Cancillería, al comentar su abstención en esa votación, indicó PL.
Según Serguei Kareev, vicejefe de la representación rusa ante la ONU, la lógica de la posición de su país es que de ningún modo se debe permitir el empleo del asunto de los derechos humanos como pretexto para la intromisión foránea en esa nación, y reiteró la posición de Moscú en torno a una intromisión militar en la nación mesoriental como inaceptable.
