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BAGDAD, febrero 23.— Atentados simultáneos contra blancos mayormente chiitas en varios puntos de Iraq, causaron la muerte este jueves de al menos 60 personas y dejaron cientos de heridos, en una de las jornadas más sangrientas desde la retirada del país de las tropas de ocupación de Estados Unidos, a finales de diciembre de 2011.
Dieciséis coches bomba, ocho explosivos, cuatro ataques de hombres armados y disparos de morteros dejaron, según la agencia de noticias iraquí Sumeria News, al menos 417 heridos. La mayoría de las víctimas son policías y soldados, al parecer, blancos principales de los atacantes, reportó PL.
En Bagdad, la capital, perdieron la vida al menos 33 personas en varios ataques de marcado carácter sectario, algunos de los cuales se dirigieron contra agentes de policía. Según las fuerzas de seguridad, el número de víctimas podría haber sido muy superior si las fuerzas del orden no hubieran desactivado otro coche bomba en el norte capitalino.
Al menos otras 30 personas, incluidos varios agentes de policía, perdieron la vida en otra docena de deflagraciones de bombas y carros bombas o en tiroteos en otras zonas de Iraq, desde la norteña Mosul hasta la sureña Hilla, informó un portavoz del Ministerio del Interior, dijo AP.
El Gobierno calificó la cadena de atentados como «una nueva técnica» de Al-Qaeda y de los grupos armados vinculados a la organización terrorista para demostrar que siguen actuando en territorio iraquí y que la situación de la seguridad en el país no es estable.
