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CÁDIZ, noviembre 17.— Una España en crisis necesitada de inversiones y una América Latina en auge, orgullosa de su economía, cerraron este sábado en Cádiz la XXII Cumbre Iberoamericana, que quedará en el recuerdo como la cumbre de los papeles invertidos, comentó DPA.
«La inversión latinoamericana es acogida con los brazos abiertos», dijo sin ambigüedades el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, y los presidentes latinoamericanos o sus representantes respondieron defendiendo las políticas que impulsaron la región y muchos de ellos, liderados por la brasileña Dilma Rousseff, cuestionaron duramente las políticas anticrisis de Europa y que la austeridad sea «la solución eficaz» a los problemas.
La economía marcó así el debate y los principales acuerdos plasmados en la Declaración final de la cumbre, celebrada bajo el lema Una relación renovada.
Entre los acuerdos aprobados está una Declaración Especial que pide al Gobierno de Estados Unidos que ponga fin al «bloqueo económico, comercial y financiero que mantiene contra Cuba» y apunta que «resulta inaceptable la aplicación de medidas coercitivas unilaterales que afecten el bienestar de los pueblos», reportó AFP.
Según EFE, los líderes iberoamericanos expresaron también su rechazo al refuerzo de la presencia británica en Las Malvinas y a las acciones unilaterales de exploración y explotación de recursos energéticos que lleva a cabo el Reino Unido e insistieron en la necesidad de que Buenos Aires y Londres reanuden sin demora las negociaciones para buscar una solución a la disputa en torno a la soberanía sobre las islas.
Corresponderá ahora a Panamá acoger la próxima cumbre el 18 y 19 de octubre de 2013, y el presidente Ricardo Martinelli afirmó que se centrará en «el papel económico, político, social y cultural de la comunidad iberoamericana en el contexto mundial».
