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EL CAIRO, febrero 18.— Manifestantes que amenazan con la desobediencia civil recorren las calles de la ciudad portuaria de Port Said en demanda de la abrogación del toque de queda, decretado hace semanas, pero desobedecido.
Cientos de personas iniciaron este lunes una vigilia en una céntrica plaza de esa ciudad en demanda de la satisfacción por el Gobierno egipcio de siete demandas, entre ellas la cesantía del ministro del Interior, cuyas fuerzas están acusadas de la muerte de más de 40 manifestantes.
A principios de la tarde, circularon versiones de un entendimiento negociado por el Ministerio de Justicia con los organizadores de la protesta para nombrar un magistrado independiente que investigue las denuncias de abusos policiales, otra de las demandas de los manifestantes, dijo PL.
Las restantes exigencias son la inclusión en la lista de mártires de la revolución de los muertos en las recientes protestas, inculpación de los responsables de las muertes de manifestantes, construcción de un monumento a las víctimas de las protestas y el pago de los gastos médicos de los heridos en los choques con la Policía.
Reportes desde la zona aluden a una huelga en el arsenal y otras fábricas en las que laboran unas 27 000 personas.
Las marchas transcurren en orden observadas por soldados despachados desde fines de enero a esa ciudad, a Ismailia y Suez para controlar erupciones de violencia asociadas a protestas contra el gobierno del presidente Mohamed Morsi.
El clima se enrareció aún más a fines de enero pasado cuando un tribunal condenó a muerte a 21 de los 73 acusados de la muerte de 74 personas a principios de 2012 tras un partido de fútbol entre los equipos Al Ahly y Al Masry.
Además de los resquemores políticos, las protestas tienen un componente regional ya que los residentes en Port Said se quejan de ser discriminados por las autoridades centrales desde los incidentes en el estadio de fútbol, agregó PL.
