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José Rafael Varona, Fefel. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 21/09/2017 | 05:32 pm
Solo 21 años de edad tenía el joven puertorriqueño José Rafael Varona, Fefel, mientras transitaba hacia aquella escuela preuniversitaria de Vietnam, donde fue herido. No iba armado; su único arsenal era la solidaridad, y era más fuerte que el estruendo de las bombas que caían sobre ese país, blanco de los crímenes del imperialismo norteamericano.
Había llegado allí como parte de una delegación que, en nombre de la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes (Oclae), marcharon a esa nación a transmitir el apoyo a los jóvenes vietnamitas, quienes junto al pueblo peleaban contra el invasor.
Han pasado 45 años de la muerte de Fefel, y Humberto Hernández Reinosa, ex presidente de la Oclae, recuerda aquellos 11 meses de odisea en que el joven luchó por sobrevivir. Él fue uno de los pocos cubanos que tuvo el privilegio de departir con ese líder, que se convirtió en bandera de lucha para el estudiantado del continente.
«Tengo grabada en mi memoria su visible emoción por la visita a Vietnam, porque siempre fue un muchacho de profunda convicción independentista, muy bien informado, inquieto, vivaz y apasionado. Tenía mucha admiración hacia Cuba y manifestaba su respaldo a la lucha de otros pueblos.
«Fefel partió el 8 de marzo de 1967 desde La Habana integrando una delegación de la Oclae, que participó primero en la reunión del comité ejecutivo de la Unión Internacional de Estudiantes, en Praga, luego en el IX Congreso de esa misma organización en Mongolia, y después llegó a Vietnam.
«Durante su estancia en ese país, desde el 10 de abril, la delegación visitó escuelas, universidades, centros de producción y sostuvo encuentros fraternales con los estudiantes y jóvenes de las brigadas de choque en las Fuerzas Armadas, en las fábricas y en el campo», aseveró.
Refiere que era 18 de abril cuando se dirigían a una escuela en la provincia de Than Hoa, y fueron objeto de un salvaje ataque aéreo. Los aviones Phantom —que los persiguieron y atacaron reiteradamente—, descargaron toda su metralla contra los jóvenes.
«Como consecuencia de la agresión murió un dirigente vietnamita; un dominicano integrante de la delegación resultó mutilado de un brazo, y Fefel, gravemente herido en la cabeza, sobrevivió durante 11 meses. El 24 de marzo de 1968 se apagó su breve existencia», explicó.
En medio de ese drama es que Hernández Reinosa asumió la Presidencia de la Oclae. «La noticia de su muerte nos impactó, aunque sabíamos que no rebasaba aquella gravísima herida. Fue muy difícil para mí informarles lo sucedido a sus familiares.
«Con la muerte de Varona la juventud latinoamericana aportó su cuota de sangre a la gran batalla que el heroico pueblo vietnamita libró contra el agresor norteamericano y sus títeres. La misma simbolizó la profunda unidad de nuestros pueblos en la causa de la liberación de la humanidad del yugo opresor».
Rememoró que Fefel llegó a Cuba en 1966 como delegado de la Federación de Universitarios Pro-Independencia (FUPI) al IV Congreso Latinoamericano de Estudiantes. En ese evento, donde se funda la Oclae y es elegido su primer Secretariado Permanente, se integra en representación de su organización.
Fefel es guía para quienes empuñan un ideario de lucha contra los explotadores. Sus seguidores, los más de 120 millones de jóvenes que integran la plataforma estudiantil continental, también han echado su suerte con los pueblos del Sur, cansados de estar a la cola servil de los poderosos.
