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La caída de Siria y el efecto dominó

El presidente de la nación árabe, Bashar al-Assad, alertó sobre el efecto desestabilizador que el derrocamiento de su gobierno tendría en el Medio Oriente durante años

Autor:

Juventud Rebelde

DAMASCO, abril 6.— Todo el mundo sabe que si hay una partición de Siria o que si las fuerzas terroristas toman el control de nuestro país habrá un contagio directo a los países vecinos, incluso más allá de la región, afirmó el presidente sirio Bashar al-Assad al referirse a los efectos que la caída de su gobierno tendría en el Medio Oriente.

La página de la red social Facebook de la presidencia siria destaca este sábado un extracto de la entrevista exclusiva del mandatario con la cadena de televisión turca Ulusul Kanal, realizada a inicios de este mes, la cual será transmitida esta noche de forma íntegra en horario estelar para toda la teleaudiencia del país, reporta Prensa Latina.

El gobernante valoró que la reciente reconciliación entre Turquía e Israel responde a su afán de destruir a esta nación, «pues (el primer ministro turco, Recep Tayyip) Erdogan quiere tener a Israel a su lado para ello».

La situación de Siria es lo que ha cambiado todo, respondió al-Assad a la pregunta de por qué Tel Aviv pidió disculpas a Ankara después del incidente hace tres años de la llamada Flotilla de la Libertad, donde murieron nueve turcos durante el asalto de comandos de la Marina israelí a un buque cuando se dirigía a Gaza.

Al mismo tiempo, el jefe del Ejecutivo calificó a Erdogan de mentiroso por mostrarse favorable a la resolución del conflicto sirio, mientras «apoya a los grupos armados junto con la financiación de Catar que les provee armas, ofrece atención médica y otros servicios en suelo turco para luego mandarlos aquí».

De igual forma, el gobernante rechazó los rumores acerca de un reciente intento de asesinato, sobre su mal estado de salud, o que vive a bordo de un buque de guerra ruso o en Irán.

Denunció asimismo la decisión de la Liga Árabe de otorgar el escaño de Damasco a la oposición en el exterior, lo cual consideró una acción simbólica carente de legitimidad.

De igual forma, al-Assad desestimó dimitir de su cargo, como exigen gobiernos de Occidente y regionales.

Soy el líder electo por el pueblo sirio. Si soy o no presidente lo determina el pueblo sirio, no países extranjeros, remarcó.

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