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Estaciones ferroviarias: renovada modernidad

Con el tiempo, la estructura de estos espacios se ha ido complejizando hasta superar su carácter estrictamente funcional, y devenir en verdaderas joyas arquitectónicas

Autor:

Juventud Rebelde

Fue a inicios del siglo XIX que aparecieron en Reino Unido las primeras estaciones ferroviarias. Con el tiempo, la estructura de estos espacios se ha ido complejizando hasta superar su carácter estrictamente funcional y devenir en verdaderas joyas arquitectónicas. Algunas, incluso, muestran una imagen tan futurista, que aportan a las ciudades donde están enclavadas un innegable acento de renovada modernidad.

Aquí les dejamos  una muestra de algunas de las estaciones ferroviarias más impresionantes del orbe.

Una gran cubierta de 250 metros —revestida en el interior con madera de cedro— cubre este gran nudo de transporte ferroviario en el centro de la ciudad holandesa de Rotterdam. La zona del vestíbulo está iluminada por claraboyas, mientras que los andenes cuentan con una cubierta traslúcida: en total, 28 000 metros cuadrados de vidrio que se juntan con franjas de placas solares. El proyecto se terminó en su conjunto el pasado mes de marzo.

Vías bajo tierra y estación en la superficie. Estos son los dos elementos fundamentales que conforman el diseño de la estación del tren de alta velocidad de Logroño, en España. La estación fue inaugurada en diciembre de 2011.

Estación de Kings Cross, en Londres. El elemento más llamativo: una gran explanada semicircular de 150 metros de largo cuyo techo está soportado por una estructura en forma de árbol con 16 columnas de acero que se elevan hasta 20 metros. El proyecto, que comprende construcción nueva, rehabilitación y cambio de utilización de zonas, fue inaugurado en marzo de 2012.

El tren de alta velocidad que une Bolonia con Milán, en Italia, efectúa en su trayectoria una parada intermedia en esta estación, también conocida con el nombre de Mediopadana. Fue inaugurada en junio de 2013.

Entre las sinuosas curvas de una estructura moderna, se asoma la fachada histórica de la estación de trenes en Denver, Colorado (EE.UU.). Cuenta con un esqueleto de acero cubierto por paneles de tela que se eleva hasta 21 metros con el fin de proteger a los viajeros sin limitar la vista ni la entrada de luz.

«Queríamos que cada estación se asemejara a una lengua fluida de hielo, un arroyo congelado en la ladera de la montaña», dijo la arquitecta Zaha Hadid al inaugurar esta estación en Austria, en diciembre de 2007. Según comentó, estas estaciones son una referencia mundial en el uso de vidrio de doble curvatura.

Esta estación se ubica entre las más grandes del mundo y se integra en la nueva red china de trenes de alta velocidad. El espacio está vertebrado por una gran claraboya central de 348 metros de largo, que inunda de luz natural el vestíbulo central. Fue abierta al público en enero de 2010.

El estudio neerlandés ZJA proyectó un viaducto para un tren ligero en La Haya, que conecta el tranvía con las líneas de tren convencional. El viaducto se extiende a lo largo de 400 metros, y presenta una estructura de anillos de acero con un diámetro de unos diez metros interconectados por tubos fijados en diagonal. Inaugurado en 2006, el proyecto se conoce coloquialmente como la media de rejilla.

La estación belga de Leuven dispone de una cubierta para proteger a los viajeros de la lluvia y el viento, pero sin renunciar a la ventilación natural y la luz solar. La estructura está sujeta con 25 columnas tubulares, que también soportan los cables de alta tensión, y 20 arcos gemelos de acero que sostienen las grandes piezas curvadas de la cubierta, de acero y aluminio. Su construcción finalizó en 2008.

Estación Central de Berlín, Alemania. Este importante nucleo de comunicación ferroviaria, donde confluyen rutas de alta velocidad Este-Oeste y Norte-Sur, se integra en un edificio que pretende aprovechar la luz natural y llevarla hasta las capas más profundas de la estación, para lo cual dispone de grandes techos de cristal con una longitud de más de 320 metros. El vestíbulo central es un impresionante enjambre de escaleras y pasillos.

Estación Central de Salzburgo, Austria. Su remodelación se inició en 2009, con la premisa de mejorar los accesos a los andenes y proyectar una nueva cubierta. La luz natural llega a los andenes gracias a techos de cristal y membranas transparentes.

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