Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Hemos tenido progresos

Un buen viernes para la historia de la construcción de relaciones civilizadas entre Cuba y Estados Unidos. Se ratifica la disposición a continuar el diálogo y avanzar sobre bases de respeto, igualdad soberana y reciprocidad por los que aboga Cuba

Autor:

Juana Carrasco Martín

WASHINGTON.— Con la esperanza puesta en la segunda ronda de conversaciones Cuba-Estados Unidos sobre el proceso de formalización del restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la apertura de Embajadas, se inició el diálogo en una salita del Departamento de Estado, y aunque todavía no llega el gran titular el camino va perdiendo escollos. Al término de la cita, ambas delegaciones coincidieron en destacar su carácter constructivo y ajustado a la realidad.

En sendas conferencias de prensa, tras la conclusión del encuentro que había comenzado poco antes de las nueve de la mañana hora local en la capital estadounidense y con igual huso horario en La Habana, las jefas de las dos delegaciones, Josefina Vidal, directora general de la Dirección Estados Unidos del Minrex, y Roberta Jacobson, secretaria asistente de Estado para los Asuntos del Hemisferio Occidental, expusieron el clima profesional, respetuoso y constructivo en que se desarrolló la jornada.

Josefina Vidal, directora general de la Dirección Estados Unidos del Minrex. Foto: Ismael Francisco.

Un buen viernes en esta ciudad que exhibió en la jornada sus jardines nevados, pero había salido el sol, tal y como parece que también hay una claridad mayor en la escena política, aún cuando no se solucionan todavía un grupo temas.

Estos fueron reiterados por Cuba, porque permiten crear el contexto apropiado para esas relaciones diplomáticas que se buscan y, por supuesto, abrir las Embajadas. Se trata de la exclusión de Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo internacional y la prestación de servicios financieros a la Sección de Intereses de Cuba en Washington.

Cuando contestó preguntas de la prensa —no tan numerosa como imaginábamos, pero que superaba el centenar—, la     sagaz diplomática cubana expuso que Cuba no había establecido enlace entre abrir embajadas y eliminar a nuestro país de esa lista, pero que era difícil explicar que hemos establecido esas relaciones mientras se mantenía ese registro en que «nunca nos deberían haber puesto».

Con énfasis agregó: «Para Cuba es una cuestión de justicia. Estamos convencidos de que nunca debimos estar en esa lista reducida de países… es ajustarse a la realidad y hacer justicia. Desde el punto de vista moral y ético».

La delegación norteamericana nos informó que está trabajando en ambos asuntos, precisó.

Es cuestión de entrar en una nueva etapa de las relaciones sobre bases sólidas para comenzar a construir.

Ya se habían sentado detalles sobre  próximas visitas y encuentros técnicos bilaterales que harán bien movidas las próximas semanas. Unas se celebrarán en Cuba y otras en Estados Unidos, con temas como aviación civil, trata de personas, telecomunicaciones, prevención de fraude migratorio y cambios en las regulaciones que modifican la implementación del bloqueo.

«Tuvimos una buena reunión», fueron palabras empleadas por Josefina Vidal, mientras que la diplomática estadounidense señalaba: «Hoy hemos avanzado bien». Por supuesto, hay diferencias evidentes y serias; sin embargo, también la señora Jacobson dijo que con mucho gusto continuaría hablando con la directora Josefina Vidal, quien a su vez dijo que tendrían una «comunicación permanente». Esa que logrará en algún momento un acuerdo porque hay seriedad y franqueza.

Podemos hablar de optimismo.

Así había transcurrido el día

Apenas minutos antes de las nueve de la mañana del viernes 27 de enero, se sentaron frente a frente las delegaciones de Cuba y Washington para iniciar la segunda ronda de conversaciones que llevaba en esta ocasión un solo punto en la agenda, adelantar posiciones en busca del restablecimiento de relaciones diplomáticas.

Era mucho más que eso lo que estuvo a debate, se trata de establecer relaciones     civilizadas entre dos países que tienen profundas diferencias y concepciones distintas sobre diversos temas, pero que pueden convivir de manera civilizada y pacífica reconociendo y respetando esas diferencias, como señalara en algún momento la diplomática cubana que preside la delegación de la Isla, Josefina Vidal.

Este viernes, en el Departamento de Estado, en el pequeño salón George C. Marshall Center, donde transcurrió el diálogo, se prosiguió la identificación de aquellos temas que pueden hacer avanzar la posibilidad de que más temprano que tarde se abran las respectivas Embajadas en La Habana y Washington.

Roberta Jacobson, secretaria asistente de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental. Foto: Ismael Francisco.

Ambas partes tenían asuntos cruciales sobre la mesa. Por ejemplo, Cuba se pregunta cómo pudiera explicarse el contrasentido de que se restablezcan relaciones diplomáticas si Estados Unidos la mantiene desde 1982 en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo internacional.

Incluso hay un elemento de funcionamiento práctico de cualquier sede oficial de un país en otro, cómo puede hablarse de relaciones normales si desde hace más de un año —y a consecuencia de las leyes del bloqueo— a la Oficina de Intereses de Cuba en EE.UU. le están totalmente cerradas las operaciones bancarias en detrimento también de las actividades consulares, lo que perjudica a miles de cubanos residentes en este país.

En la mañana, mientras las delegaciones de ambas naciones debatían puntos que están contenidos en las Convenciones de Viena sobre las relaciones diplomáticas y consulares, los periodistas hacíamos conjeturas sobre posibles resultados de este encuentro en un Washington sometido a las frías temperaturas de un invierno especialmente crudo.

Tendremos la posibilidad de anunciar un alegrón de justicia a una Cuba que ha sufrido en carne propia los dolorosos efectos del terrorismo porque los anfitriones traigan en la cartera que por fin la excluyó de esa lista vergonzosa, ese era el pronóstico de algunos. Otros se inclinaban por la apertura en las cuentas bancarias. Y alguien aventuraba, todavía no se solucionará nada.

Queríamos, de corazón, que primara el optimismo, se encontraran soluciones, respuestas favorables y positivas, para que la puerta recién comenzada a abrirse se pueda cruzar por ambos pueblos y Gobiernos con respeto y confianza. … Luego la jefa de la delegación cubana diría que «tuvimos una buena reunión», y la diplomática estadounidense que «hemos avanzado bien».

El historiador y analista político Peter Kornbluh nos decía la víspera que los pasos que se están dando son «símbolo de la decisión de Estados Unidos de tratar a Cuba como un igual, un país soberano e independiente con el que podamos tener una relación civilizada a pesar de nuestros desacuerdos», y agregaba esta valoración importante para comprender las posibilidades que se abren: « (Obama) hizo algo que ningún otro Presidente había hecho hasta ahora: decir que va a cambiar la política porque no cumple con los intereses de Estados Unidos».

Las anécdotas entre colegas no podían faltar, y nuestros reporteros gráficos en Washington, Ismael Francisco y José Luis Oviedo, junto a un camarógrafo estadounidense al parecer del propio Departamento de Estado, fueron privilegiados con la primicia de las imágenes que les mostramos casi de inmediato en la edición digital de Juventud Rebelde. Se nos antojó verlo como un buen augurio…

Recordamos entonces que el pasado enero, 78 personalidades políticas, sociales y empresariales enviaron una carta a Obama apoyando su decisión del 17 de diciembre en la que fundamentalmente le instaban a que presionara al Congreso para «que la legislatura refleje las realidades del siglo XXI», además de reconocer el fracaso del viejo enfoque de 54 años de hostilidad y acoso hacia la Isla.

A media mañana nos llegó noticia

Ya hay trascendidos de lo que ocurre en la sala del Departamento de Estado, nos dijimos. Nos lo hizo llegar a las 11 de la mañana Juan Jacomino, responsable de prensa de la Sección de Intereses de Cuba en Washington, cuando estaban a la mitad de la agenda las conversaciones de este viernes: «Se han acercado las posiciones sobre los aspectos a definir para el funcionamiento de las respectivas Embajadas una vez que se restablezcan».

Jacomino puntualiza el contexto: «El clima es positivo, constructivo y respetuoso».

En ese momento, el grupo que le escuchamos en la salita de prensa improvisada en la cuasi centenaria casona de la Calle 16 —sede de la Misión cubana— incluía al periodista David Montgomery, del staff del importante diario The Washington Post, interesado en saber cómo trabajaba la prensa cubana que da cobertura a esta segunda ronda—, y medio en broma, medio en serio, uno de los colegas cubanos preguntó: «¿Cómo vamos?». Al menos yo me dije: «Vamos por buen camino».

«El encuentro se está celebrando en el Salón George C. Marshall Center, del Departamento de Estado. Es una salita pequeña, sin el lujo del Salón de Tratados, donde en julio de 2005 Condoleezza Rice, ex Secretaria de Estado de George W. Bush, nombró a Caleb McCarry, pro-cónsul de Cuba. Hoy está aquí una cubana para discutir de igual a igual, y en nombre de un Gobierno soberano, con Estados Unidos», escribía Rosa Miriam Elizalde en su crónica en el sitio web Cubadebate.

Estados Unidos también avanzó información

Pasado el mediodía, Jan Psaki, vocera del Departamento de Estado, en su briefing diario con la prensa estadounidense, reconoció que la política de 50 años contra Cuba no ha funcionado ni para los intereses de la seguridad nacional de EE.UU., ni para el pueblo de Cuba.

Aunque están en análisis en las conversaciones en Washington, sin embargo, subrayó que la revisión para eliminar a la Isla de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo internacional y el restablecimiento de las relaciones diplomáticas son procesos independientes.

También dijo Psaki que se seguía trabajando en el tema de la suspensión bancaria —que afecta desde hace más de un año las operaciones financieras de la Oficina de Intereses de Cuba en Washington y la actividad consular— pero apuntó que los bancos son instituciones independientes.

Habló, además, del impacto que este acercamiento puede tener para las relaciones estadounidenses con la región.

El Departamento de Estado de EE.UU. tiene su sede en el edificio Harry S. Truman, en la 2201 C. Street, en el área North West de Washington, a pocas cuadras de la Casa Blanca, en el barrio de Foggy Bottom. Es la secretaría que opera las misiones diplomáticas estadounidenses en el exterior y     responsable de implementar la política exterior y su diplomacia que, en más de medio siglo, ha sido de hostilidad y acoso hacia Cuba.

Depositario de más de 200 tratados multilaterales, el Departamento de Estado conversa ahora con la Isla para avanzar hacia un restablecimiento de relaciones diplomáticas, las que rompieran en enero de 1961.

El diálogo Cuba-Estados Unidos de hoy se llevó a cabo en el George C. Marshall Center, localizado en la entrada de la 21st Street del edificio Harry S. Truman. Marshall, quien fuera general durante la II Guerra Mundial, y fue también secretario de Defensa y Secretario de Estado de EE.UU., se hizo famoso por su papel durante la Guerra Fría.

Quizá ahora, su nombre comience a asociarse a una historia de descongelamiento.

Sin embargo, podemos decirle que todavía queda mucho por informar.

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