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Campamento de refugiados en Túnez con trabajadores sudaneses desplazados por la guerra en Libia. Autor: EFE Publicado: 21/09/2017 | 06:08 pm
GINEBRA, mayo 6.— El número de personas desplazadas dentro de sus propios países el año pasado fue el más alto en una generación y hay pocas señales de que los Gobiernos estén aplicando medidas para lidiar con el problema, expresó el miércoles el Consejo Noruego para Refugiados, reportó Reuters.
«Cada día del año pasado 30 000 hombres, mujeres y niños fueron forzados a dejar sus hogares debido a conflictos y violencia», dijo el secretario general del Consejo, Jan Egeland, en una conferencia de prensa en Ginebra.
El número total de desplazados trepó en 11 millones a un récord de 38 millones. Esa cifra no incluye a las personas que dejaron sus países y se convirtieron en refugiados en el exterior, aunque muchos de los desplazados actuales se convertirán mañana en refugiados, sostuvo el funcionario.
La Agencia de Refugiados de la ONU (Acnur) aún debe compilar el dato de 2014, pero situó el número total en 16,7 millones a fines de 2013 y la cifra ha crecido desde entonces.
Egeland, un ex funcionario de alto nivel de Naciones Unidas, lanzó un reporte sobre desplazados en 60 países y los resultados son alarmantes: Seis de cada diez personas desplazadas en 2014 eran de cinco países: Iraq, Sudán del Sur, Siria, República Democrática del Congo y Nigeria.
Siria es actualmente «el país con más desplazamiento de esta generación», con 7,6 millones de desplazados internamente y cuatro millones de refugiados, pero es posible detener el problema, aseguró Egeland.
«Es tan difícil y tan simple como decirles a Estados Unidos, Rusia, Irán, Arabia Saudita, Turquía: deben sentarse y enviar una señal en este conflicto: deténganlo. Deben hacer que su parte vaya a la mesa de negociación y no solo hablar sobre la otra parte», agregó.
Egeland dijo que ninguno de los pedidos humanitarios para los principales países con desplazados en 2015 —Iraq, Siria, República Centroafricana y Sudán del Sur— tenía más del 20 por ciento de financiamiento.
«Así que, en algunos casos, no es solo la brutalidad de los hombres armados que hacen que la gente se mueva, también puede ser la falta de un mínimo apoyo», añadió.
Lidiar con el tema requiere inversión diplomática, política, económica y social de los Gobiernos, especialmente de las mayores potencias del mundo con la influencia necesaria para detener guerras, concluyó.
