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Un trayecto que toma su tiempo, pero se avanza

Encuentro de Josefina Vidal con la prensa cubana al término del tercer ciclo de conversaciones entre Cuba y EE.UU. Significó algo fundamental: «Nos estamos tratando como iguales»

Autor:

Juana Carrasco Martín

WASHINGTON DC.— Una corta declaración y las respuestas a solo tres preguntas —por las presiones del inexorable tiempo— dejaron expectantes a los más de cien periodistas reunidos en el Foreign Press Center de Washington, con el deseo de conocer más…

Los de Cuba tuvimos una segunda oportunidad, y en un salón de la bella casona de la avenida 16 de esta ciudad, se dio el coloquio, más reflexivo, detallado y familiar, que permite entender mucho mejor este proceso de negociaciones oficiales que ya cumple cuatro meses desde la primera ronda efectuada en La Habana el 22 de enero.

«Lo que hemos hecho en cuatro meses para dos países que no han tenido relaciones diplomáticas por más de 50 años se puede considerar un progreso. De hecho, de acuerdo con los resultados que ustedes mismos han visto y se han ido obteniendo paulatinamente desde que iniciamos estas conversaciones en enero se han podido palpar estos avances», asevera.

Define que en ese primer intercambio y en el segundo de febrero se estuvo «conversando sobre temas como la exclusión de Cuba de la Lista de países patrocinadores del terrorismo, y la necesidad de resolver la situación bancaria de la Sesión de Intereses. Un día como hoy podemos decir que esos dos asuntos están resueltos o están muy cerca de su solución».

Recuerda que en esta semana se solucionaron los servicios bancarios mediante el Stonegate Bank y a fines de la próxima semana —el 29 de mayo— finalmente, va a ocurrir la exclusión de Cuba de la Lista, «que tengo entendido que se hará efectiva cuando esa decisión se publique en el Registro Federal, a principios de la próxima semana. Por tanto, cuando iniciemos ya la semana que viene, dos de los temas que estuvimos debatiendo durante cierto tiempo ya habrán quedado atrás».

Esos dos logros son destacables, pero también señala que hay otras cosas sobre las que deben seguir hablando y que tienen que ver con la aplicación y la observancia de la Convención de Viena, en especial lo relativo «al comportamiento, la conducta de los diplomáticos. Pero también a las funciones de una misión diplomática».

Lo que nos dice la vida real

«Cambiar la retórica es algo que toma su tiempo: Perfilar, pulir, modificar. A mí realmente no me asombra ver, de vez en vez, que todavía a nivel declarativo, en el plano de las declaraciones oficiales que se realizan, algunos funcionarios todavía utilizan frases que nos recuerdan de dónde venimos, de la política que todavía está en vigor, pero se supone tiene que cambiar como parte del proceso hacia la normalización de las relaciones», afirma.

«Me resultó curioso al cierre de la Cumbre de las Américas en Panamá, en la conferencia de prensa del presidente Obama, escucharle que el propósito de la política de Estados Unidos, en el caso de Cuba, ya no era el cambio de régimen. Por tanto, nosotros esperamos que en la medida que avancemos en el proceso hacia la normalización de las relaciones, veamos una mejor correspondencia entre ese tipo de declaraciones y la vida real.

«La vida real nos dice que todavía se están solicitando financiamientos multimillonarios para el sostenimiento de este tipo de programas que Cuba considera que son ilegales, en tanto que son programas dirigidos a provocar cambios dentro de nuestro país y que a su vez se tratan de implementar sin ningún tipo de anuencia de las autoridades y del Gobierno cubanos».

Los detalles no se hacen esperar: «El Congreso sigue a su vez, en respuesta a esos pedidos del Gobierno, aprobando sumas importantes de dinero. De hecho ya sabemos que para el año fiscal 2016, que comenzará el primero de octubre del presente año, se están pidiendo 20 millones de dólares. Nosotros hemos tomado nota de esas declaraciones que se están haciendo, y he escuchado en la última semana, en dos ocasiones, a la señora Roberta Jacobson aludiendo a que no se descarta la posibilidad de que este tipo de programas puedan ser revisados o adaptados a las nuevas circunstancias. Entonces, estamos realmente esperando que, como parte de este proceso, eso se vaya atendiendo y veamos una mejor coincidencia entre el dicho y el hecho. Será muy importante para nosotros comprobar que, realmente, estamos viendo un cambio en la política de EE.UU. hacia Cuba».

La diplomática cubana reconoce, sin embargo, que desde hace un tiempo, incluso antes de estas rondas enfocadas en los temas del restablecimiento de relaciones y la apertura de embajadas, «ha habido una comunicación en un plano mucho más profesional cuando lo comparamos con épocas anteriores», y que ahora son incluso más respetuosos.

«Nos estamos tratando como iguales y sobre bases de respeto y de total reciprocidad», puntualiza Josefina Vidal, quien de todas formas subraya la existencia de diferencias, incluso profundas, en algunos temas, aunque asegura: «No puede ser de otra manera, pero estamos hablando y hemos aprendido a hablar sobre las diferencias con respeto», algo que dice «nos faltó durante más de 50 años en los momentos en que pudimos tener posibilidad de intercambios oficiales».

«Los Presidentes tomaron una decisión que solo a ellos les compete, una decisión política, de dar un paso en este caso: restablecer relaciones diplomáticas y abrir embajadas por primera vez, después de 54 años. Pero después esto tiene que llevarse a la práctica, y por tanto, requiere discusiones sobre la base de los principios de la Carta de las Naciones Unidas, de la Convención de Viena. Hay que revisar todos esos aspectos».

Qué discuten para establecer una embajada

«A la hora de hablar y discutir del restablecimiento de relaciones y de aperturas de embajadas hay que tratar muchas cosas» y enumera cuánto personal y qué tipo y categorías, pues en tales entidades tienen funcionarios diplomáticos, personal técnico administrativo y, explica Josefina Vidal, que hay que discutir «qué tipo de rango van a tener esos funcionarios una vez que se restablezcan las relaciones. Cuáles van a ser sus privilegios y sus inmunidades. ¡Miren cuántas cosas hay que conversar!

«Quizá hay personas que piensan que esto se puede hacer rápido», dijo más adelante. «Creo que la intención de ambas partes ha sido hacerlo rápido» y llegar al objetivo «para concretar la decisión política tomada por nuestros Presidentes».

Afirma que los encuentros técnicos para otros temas de interés común y beneficiosos para ambos países, algunos de ellos iniciados hace más de dos años, y otros que se van abriendo ahora, «marchan de manera adecuada», sobre carriles distintos y paralelos, y «cada uno con sus dinámicas propias».

Menciona una vez más el tema de la salud, y en específico lo que puede lograrse de las experiencias y desarrollos que cada uno ha tenido en ese ambiente. Esas conversaciones, dijo, deben comenzar el próximo junio cuando se definan puntos de la agenda para establecer colaboración futura.

Se extiende en un nuevo tema que estará pronto en la agenda de trabajo Cuba-Estados Unidos: aplicación y cumplimiento de la ley, de mucha importancia ahora porque «como resultado de la decisión de incrementar los viajes y los intercambios entre Cuba y Estados Unidos, hay un mayor movimiento de personas entre los dos países y se presentan problemas, lamentablemente, se cometen delitos, y no tenemos un mecanismo establecido entre los dos países para, de conjunto, combatir delitos que no nos interesa que proliferen entre nuestros países. Ese tipo de colaboración en materia judicial y/o en materia de aplicación de la ley, de hecho Cuba y Estados Unidos la tienen con muchísimos países».

Ejes centrales del proceso de normalización

«En Cuba —afirma— hemos identificado una lista preliminar en la que, una vez que concluyamos esta primera fase —el restablecimiento de las relaciones y la apertura de las embajadas—, debemos empezar a discutir con el propósito de avanzar hacia la normalización de las relaciones.

«De nuestro lado hemos planteado los temas que ustedes han conocido —una lista preliminar, puede que sobre la marcha de las discusiones surjan otros—: el levantamiento del bloqueo, la devolución del territorio ilegalmente ocupado por la Base Naval de EE.UU. en Guantánamo, el cese de las transmisiones ilegales de Radio y Televisión Martí, que además de ser lesivas a la soberanía de Cuba, violan normas y regulaciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT). Por supuesto, está el fin de estos programas que originalmente fueron concebidos para promover un «cambio de régimen» —como se dice acá, en EE.UU.—, que en nuestro léxico son programas subversivos para promover cambios en nuestro país y situaciones de desestabilización dentro de Cuba. En un proceso hacia la normalización, esos programas tienen que terminar», asevera conclusiva.

Josefina Vidal enumera aspectos a tener en cuenta: «Por supuesto, del lado de Cuba hemos hablado de las compensaciones a nuestro país y a nuestro pueblo por los daños ocasionados por las políticas de EE.UU. implementadas en estos más de 50 años.

«Estados Unidos ha avanzado al menos uno de los temas que le interesará discutir en esta segunda fase —el proceso hacia la normalización—: las compensaciones por las propiedades que fueron nacionalizadas en Cuba al inicio de la Revolución.

«Pero este proceso va a demorar. Hay que ser realistas. Hay que saber de qué estamos hablando y lo importante es la voluntad de comenzar a involucrarnos en ese tipo de discusiones. No hemos definido cómo lo vamos a hacer, si se va a crear un mecanismo, si se van a crear comisiones, grupos, si veremos todo de conjunto o de manera separada cada uno; nada de eso. No tenemos todavía identificados y definidos esos asuntos. Me imagino que cuando terminemos la primera fase en la que estamos trabajando aún, vamos a empezar a tener ese tipo de conversaciones».

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