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Francia sigue contando el horror

Ofrece fiscal parisino cronología detallada de los hechos de la noche del viernes y se reportan algunas detenciones de presuntos terroristas implicados en los brutales atentados

Autor:

Juventud Rebelde

PARÍS, noviembre 14.— Desde todos los rincones del mundo las enérgicas condenas a los brutales atentados en París no cesan, mientras el último balance provisional de las autoridades contabilizaba que los ataques dejaron al menos 129 muertos —aunque en un principio ofrecieron cifras mayores— y 352 heridos, de los cuales 99 continuaban muy graves.

La mayoría de los mandatarios del mundo, intelectuales y dirigentes han rechazado los actos, mientras las redes sociales se colapsan con mensajes de condena y solidaridad con las víctimas y sus familiares.

Dentro de Francia, París y el resto de las ciudades del país continúan en conmoción y no salen aún del shock, según relata AFP.

Este sábado, el fiscal de París, Francois Molins, ofreció las primeras conclusiones de los hechos y detalló que divididos en tres equipos y pertrechados con un material bélico similar, siete terroristas suicidas masacraron a las 129 personas en una noche de pesadilla en París. Actuaron «muy coordinados» y a las órdenes del Estado Islámico (EI), afirmó.

Las declaraciones de Molins validan las formuladas por el presidente francés, François Hollande, quien no ha dudado en calificar lo sucedido como un acto de guerra del EI contra su país.

La cronología ofrecida por el fiscal en una esperada declaración ante los medios, asombra por la simultaneidad de las acciones. Seis diferentes ataques se llevaron a cabo en el espacio de apenas unos minutos, los que transcurrieron entre las 21:20 hora local y las 21:53, cuando los terroristas dispararon contra bares de una concurrida zona de la capital e hicieron detonar sus cinturones de explosivos.

La primera explosión causó la muerte de un terrorista suicida y de otra persona por la metralla, junto al Stade de France, en la periferia parisina, donde las selecciones de fútbol de Francia y Alemania disputaban un partido amistoso. Cinco minutos después, dos individuos abrieron fuego de manera indiscriminada contra las terrazas de dos bares ubicados a varios kilómetros del estadio de fútbol.

Los terroristas llegaron a bordo de un Seat León negro y mataron a 15 personas, mientras que otras diez resultaron gravemente heridas.

A las 21:30, una nueva explosión en la puerta H del estadio mató a un segundo suicida. Iba equipado, como el resto de todos los implicados en la masacre, con un cinturón confeccionado con explosivos rudimentarios y altamente volátiles.

Solo dos minutos después, un nuevo tiroteo perpetrado por dos individuos equipados con armas automáticas a bordo de un Seat negro junto a otro bar provocó la muerte de cinco personas y la evacuación de ocho heridos de extrema gravedad.

Un nuevo tiroteo, contra un local en la calle Charonne (19 muertos, nueve heridos graves), y dos explosiones suicidas más, en el céntrico bulevar Voltaire y junto al Stade de France, fueron el preludio del masivo secuestro de cientos de personas en la sala Bataclan.

Los tres terroristas que tomaron el local hicieron continuas alusiones a Siria e Iraq y dispararon ráfagas de Kalashnikov contra el público que se hallaba en la sala, causando 89 bajas.

La intervención de las fuerzas especiales de la policía francesa acabó con el asalto y con la vida de los terroristas —dos de los cuales detonaron sus cinturones explosivos— alrededor de tres horas más tarde.  Uno de estos autores fue identificado por la fiscalía como un delincuente común francés de 29 años.

Junto al Stade de France, las fuerzas de seguridad hallaron también un pasaporte sirio, de un joven nacido en 1990 que, según Molins, no estaba fichado por los servicios de inteligencia franceses.

Uno de los vehículos utilizados por los terroristas, un Volkswagen Polo negro matriculado en Bélgica, fue alquilado por un francés residente en ese país, que posteriormente, tras ser detectado en la frontera belga, fue detenido junto a otras dos personas en la región de Bruselas.

El Estado Islámico, recordó Molins, ha reivindicado a través de un vídeo, un comunicado y un montaje sonoro de los actos terroristas.

En una emocionada declaración a la nación este sábado, Hollande fue contundente: «Lo que se produjo ayer en París y en Saint Denis es un acto de guerra, y frente a la guerra el país debe tomar las decisiones apropiadas».

El mandatario anunció tres días de duelo nacional y el reforzamiento del dispositivo de seguridad, con la movilización de las fuerzas del orden y del ejército. Comunicó además que comparecerá el lunes ante el Parlamento para informar de las medidas que planea adoptar.

París y el resto de las ciudades francesas viven aún bajo extremas medidas de seguridad. Foto: AP

Horas después de los hechos Hollande ordenó el estado de urgencia en todo el territorio nacional y el establecimiento de los controles en las fronteras.

También, dice PL, el primer ministro francés, Manuel Valls, aseveró que su país está en guerra contra el terrorismo por lo que «actuaremos y golpearemos a ese enemigo para destruirlo», expresó al referirse al EI.

Debemos esperar otras réplicas de terroristas. Cada francés debe comprender que esta guerra se libra en territorio nacional y en Siria, apuntó durante una entrevista con la televisora local TF1.

El Gobierno comunicó este sábado que dio competencias a sus prefectos para que decreten el toque de queda si consideran que hay riesgos para el orden público, y además podrán decidir el cierre de salas de espectáculos, bares o suspender manifestaciones públicas.

También se encuentran cerrados monumentos emblemáticos como la Torre Eiffel y varios de los principales centros comerciales de la llamada Ciudad Luz.

El ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, explicó que en París y en los departamentos limítrofes se suspendieron todas las manifestaciones públicas hasta el jueves próximo, y en el resto de la región hasta el lunes.

Detalló que en el control de las fronteras están participando los países europeos vecinos, a los que Francia pidió que intensifiquen las verificaciones de quienes entran por avión, tren o carretera.

Cazeneuve precisó que se van a incorporar al dispositivo de seguridad de la capital mil militares y 320 gendarmes, que se sumarán a los 30 000 desplegados desde los atentados de enero pasado para la protección de lugares sensibles, según reportó el periódico Le Figaro.

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