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Unos 600 000 refugiados sirios pudieran huir a Turquía

Desde hace una semana, Turquía mantiene completamente cerrado el paso fronterizo de Bab al Salama, donde se concentran cerca de 45 000 desplazados, a la espera de poder cruzar a la nación vecina

Autor:

Juventud Rebelde

ANKARA, febrero 8.— El Gobierno de Turquía teme una nueva ola de desplazados sirios hacia sus fronteras como resultado de los combates que desarrolla el Ejército de Siria contra las fuerzas rebeldes que controlan la zona norte del país, informó AFP.

Ante los combates en torno a la ciudad de Alepo, «la peor situación que podría darse en esta región a corto plazo sería una  nueva ola de 600 000 refugiados en la frontera turca», declaró a la prensa el viceprimer  ministro turco, Numan Kurtulmus.

En tanto, el portavoz del Consejo de la provincia de Alepo Libre, Abu Zaer al Halabi, dijo a EFE que alrededor de  4 000 familias atrapadas en la zona limítrofe entre ambos países serán trasladadas a otras partes del territorio sirio bajo control rebelde.

«Organizaciones turcas están construyendo campos de refugiados en la parte siria de la frontera pero no van a ser suficientes, por eso hemos alcanzado este acuerdo», indicó Al Halabi. Apuntó además que la mayoría de los refugiados son mujeres, niños y ancianos que han huido de sus hogares «casi con lo puesto».

Estas personas huyen de los combates en el norte de Alepo, donde desde hace una semana el Ejército lanzó una ofensiva, apoyado por la aviación rusa, con la que ha recuperado el control de varias localidades.

Desde hace una semana, Turquía mantiene completamente cerrado el paso fronterizo de Bab al Salama, donde se concentran cerca de 45 000 desplazados, a la espera de poder cruzar a la nación vecina, según datos de la organización humanitaria turca musulmana IHH.

Dpa anunció que las autoridades turcas aseguran que están proporcionando suministros a los afectados en la frontera, no obstante, no han cambiado su declaración del domingo pasado, en la cual expresaron que aún no ve la necesidad de abrir sus fronteras a los refugiados.

Médicos Sin Fronteras advirtió que en la zona faltan alojamientos, agua potable y servicios sanitarios.

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