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Lula no debe y no teme

El exPresidente brasileño se sintió prisionero durante operación policial en su contra que calificó de «show mediático». El PT llama a movilización y vigilia

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Juventud Rebelde

SAO PAULO, marzo 4.— El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva afirmó que se sintió prisionero cuando la policía federal allanó su casa en la mañana del viernes para llevarlo a una comisaría, donde prestó declaración durante más de tres horas.

El ex jefe de Estado se declaró indignado por la llegada de los agentes de la policía y tildó de «lamentable» la actuación del poder judicial, en una rueda de prensa que concedió en la sede de la dirección nacional del Partido de los Trabajadores (PT) el viernes.

Lula también calificó de «show mediático» la acción policial en la que fue conducido de manera coercitiva a declarar por alegadas sospechas que lo vinculan a la red de corrupción en Petrobras, reportó DPA.

«No tengo nada que temer, porque no he hecho nada malo. Si los jueces me hubieran mandado a llamar hubiera ido, como lo hice el 5 de enero pasado en Brasilia», afirmó Lula citado por ANSA.

«Bastaba con que me citaran a declarar, que yo iba. Siempre fui a dar aclaraciones porque no debo y no temo», subrayó el exmandatario en la sede del directorio nacional del Partido de los Trabajadores (PT), adonde se dirigió tras declarar durante cerca de tres horas ante la policía federal.

«Lamentablemente, creo que estamos viviendo un proceso en que la pirotecnia vale más que cualquier cosa. Vale más el show mediático que la investigación seria, responsable, que debe ser hecha por la justicia, por la policía, por el Ministerio Público (Fiscalía)», dijo Lula, rodeado de militantes del partido de Gobierno.

Lula, su hijo Fábio Luíz, el presidente del Instituto Lula, Paulo Okamoto, y otras personas fueron conducidas en forma coercitiva por la policía federal para declarar por sus presuntos nexos con la red de corrupción en Petrobras.

El expresidente brasileño alertó este viernes que pretenden criminalizar su imagen y la del Partido de los Trabajadores (PT).

Por su parte, el presidente del Partido de los Trabajadores (PT), Rui Falcao, acusó este viernes a la oposición de llevar a cabo una «escalada golpista» para desestabilizar al Gobierno de Dilma Rousseff, dijo EFE, y en las declaraciones a la prensa transmitidas por el canal Telesur llamó a toda la militancia de su partido a «movilización y vigilia».

La Presidenta de Brasil, expresó su «absoluta inconformidad» con la intervención de la policía para llevar a declarar al exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva y negó toda acusación de corrupción contra su Gobierno.

En una alocución en el Palacio de Planalto, acompañada por la plana mayor de su gabinete, Rousseff recordó que Lula «ya compareció varias veces» cuando fue requerido y dio a entender que era suficiente con notificarle que debía presentarse, señaló Notimex.

Lula y el gobernante Partido de los Trabajadores (PT) criticaron la medida del juez Sergio Moro —quien encabeza la investigación sobre supuesta corrupción en la petrolera estatal Petrobras— de autorizar la conducción coercitiva, señaló Notimex.

Sin embargo, el magistrado argumentó que la medida fue «necesaria» para evitar movilizaciones populares que podrían desembocar en violencia el día de la eventual citación de Lula para declarar, como ya ocurrió en ocasiones pasadas.

Paralelo a la acción contra Lula y el PT, también este viernes Paulo Skaf, presidente de la Federación de Industrias de Sao Paulo (Fiesp), el mayor y más influyente gremio empresarial de Brasil, pidió la renuncia de la presidenta Dilma Rousseff, debido a la crisis económica y a las investigaciones de corrupción, reportó EFE.

Las declaraciones de Skaf fueron realizadas a la radio Jovem Pan, horas después de conocerse que Lula fue llevado de forma coercitiva por la policía desde su casa a una comisaría.

«No se trata de un golpe como algunos dicen», recalcó el dirigente empresarial Skaf, aludiendo a lo que se afirma y denuncia no solo en Brasil, sino también en agrupaciones políticas y movimientos sociales del continente, donde se producen otros avances de las derechas de igual sello contra cada uno de los gobiernos progresistas y revolucionarios.

«Nuestra solidaridad por el compañero Lula, que esta mañana fue detenido  en Brasil. Nuestro saludo revolucionario a ese  compañero Lula, la lucha sigue, no nos rendimos», expresó Evo Morales, presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, citado por la Agencia Boliviana de Información (ABI), durante un acto con campesinos en Chapare, en el centro del país.

Igualmente, denunció que la detención de Lula es parte de una estrategia del Gobierno estadounidense en contra de los líderes progresistas de la región. «Qué viene ahora del imperio, un escarmiento a presidentes y expresidentes antimperialistas», dijo, según el diario boliviano El Deber.

Similar expresión de apoyo la dio el expresidente paraguayo Fernando Lugo, destituido en 2012 en un juicio político que constituyó un golpe de Estado, y quien dijo que la persecución a Lula en Brasil le recordaba a lo sucedido en Paraguay. Es un «déja vu». «El Brasil para todas y todos tiene nombre y apellido: Lula Da Silva. Abrazo a él y a su pueblo», publicó en su perfil, según EFE.

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