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Que ningún colombiano se abstenga de asistir a las urnas

Reiteran representantes del Gobierno que el pueblo tiene la última palabra en el plebiscito del 2 de octubre, que pondrá a su consideración el Acuerdo de Paz suscrito la víspera en La Habana

Autor:

Marina Menéndez Quintero

Los colombianos serán quienes decidan si hemos acertado o no, expresó Humberto de la Calle, jefe de la delegación gubernamental en la gestación del Acuerdo de Paz suscrito la víspera con las FARC-EP, al ratificar que el 2 de octubre tendrá lugar el plebiscito para que el pueblo apruebe o no el documento, como había anunciado horas antes desde Bogotá el presidente Juan Manuel Santos.

Durante la última conferencia de prensa luego del proceso de diálogos en La Habana y que se transmitió en vivo y directo a Colombia —calificada por ello como «primera pedagogía» de cara a la consulta—, De la Calle llamó a que ningún colombiano se abstenga de asistir a las urnas.

Si este acuerdo se lleva a la realidad, paramos la guerra; si cumplimos los acuerdos, llegará una paz duradera, manifestó por su lado Sergio Jaramillo, alto comisionado para la paz de ese país, quien participó en el encuentro junto a otros miembros de la delegación gubernamental y, al final, reiteró a los colombianos que ese voto será «la decisión más importante de sus vidas», y pidió «que la tomen a conciencia».

«La idea de que puede haber una renegociación, desde mi punto de vista, es una absoluta ficción», aseveró.

En respuesta a una de las muchas preguntas formuladas por los periodistas, De la Calle ya había insistido a los colombianos que se trata de un momento crucial para el país, y reiteraba que el Acuerdo es el mejor posible, aunque siempre haya un balance entre lo posible y lo deseable. No creo que haya espacios para renegociar ni abrir decisiones. Es el momento de decidir, remarcó.

Quien fungiera como jefe negociador del Gobierno llamó también a los colombianos a estudiar los acuerdos que, según se informó, serán editados en forma de cartillas y de manera sintetizada, de modo que todos puedan comprenderlo. El Gobierno debe brindar una pedagogía sobre los mismos pero sin campaña, puntualizó.

El texto, se dijo, ya se encuentra publicado en la página web de la Presidencia de Colombia (presidencia.gov.co). Además, en los próximos días se realizará un ejercicio mediante el cual el equipo negociador estará recorriendo el país y se sostendrán encuentros con empresarios, estudiantes, amas de casa…, para explicarles los alcances del documento.

Interrogado por un reportero sobre la posibilidad de un NO como resultado del plebiscito, De la Calle expuso su convicción de que no se va a perder pero, considerando el NO como una hipótesis, dijo que «el único colombiano que tiene la competencia para mantener un proceso, abrirlo o cerrarlo es el Presidente de la República», y este ha dicho que si llegara a ganar el NO, se acaba el proceso. Las consecuencias, aceptó, serían «catastróficas», «impredecibles».

Algunas precisiones sobre lo acordado

Varios asuntos en torno al histórico acuerdo y su implementación fueron esclarecidos durante el encuentro con la prensa, en el que también se respondieron preguntas remitidas por la audiencia desde Colombia.

Así se puntualizó, por ejemplo, que según lo establecido en el Protocolo del 23 de junio, la fecha de la firma formal del Acuerdo —que realizarán el presidente Santos y quien designe las FARC-EP—, es la que marca el inicio para ejecutar todos los procedimientos relacionados con el proceso de desarme, tales como la ubicación del tropas del Gobierno en el territorio y la creación de canales para que los miembros de las FARC-EP se mueven a las zonas escogidas para su permanencia durante el desarme.

Ese momento de la suscripción formal del Acuerdo ahora se está precisando, pero siempre será antes del plebiscito, enfatizó De la Calle. Ahí comienza el proceso de desarme. Las armas terminarán en manos de Naciones Unidas. El día 180 no habrá un arma en poder de las FARC-EP.

También se precisó que hay que garantizar la participación de la guerrilla en la política del país, y que quienes se reinserten a la vida civil podrían recibir un apoyo de hasta el 90 por ciento de un salario mínimo durante 24 meses, como un auxilio transitorio para que puedan acudir al mercado laboral.

En relación con la amnistía, se explicó que esta no se aplicará en todos los casos. Por ejemplo, no serán amnistiados los delitos considerados más graves ni los delitos comunes.

Interrogados sobre la manera en que se garantizará el cumplimiento de otros postulados recogidos en los Acuerdos y que tienen que ver con las transformaciones anunciadas en el país, se recordó el consenso obtenido para la instauración de una mesa de seguimiento, verificación y resolución de diferencias, de lo que se ocuparán personalidades de las FARC-EP y altos funcionarios del Gobierno.

Dicha mesa tiene previsto el acompañamiento internacional con una vocería, mediante la cual se informará al país, en general, del cumplimiento de lo pactado.

Después de la dejación de las armas, el mecanismo tripartito liderado por la ONU con integrantes de los países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) hará esa verificación, y finalizada esa etapa se mantendrá para velar por que se cumplan los acuerdos sobre reincorporación y garantías de seguridad para los integrantes de las FARC-EP, así como para las comunidades, pues son estas y todos los ciudadanos quienes deben recibir los dividendos de esa nueva situación, sin armas, y con presencia integral del Estado verificando que se produzcan espacios de convivencia en esas antiguas zonas de conflicto, se explicó.

Interrogado en cuanto a un asunto reiterado por las FARC-EP durante las conversaciones: el regreso a Colombia del comandante insurgente Simón Trinidad, extraditado a Estados Unidos y preso aún en cárceles de ese país, Humberto de la Calle respondió que los acuerdos se han suscrito entre las FARC-EP y el Gobierno de Colombia.

No hay terceros que hagan parte del Acuerdo, dijo. Ese tema no corresponde al Gobierno colombiano. Nosotros no vamos a adelantar ninguna opinión sobre el particular. Esa es una decisión de un Estado soberano que son los Estados Unidos de Norteamérica. Nosotros no vamos a hablar por los norteamericanos y solo nos hemos comprometido a cumplir lo pactado en el Acuerdo suscrito por las FARC y el Gobierno colombiano, aseveró.

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