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La nueva ofensiva del imperialismo en nuestra región representa una amenaza a la paz en tanto apunta a la confrontación interna y a la reversión de los logros de gran alcance social, lo que ratifica la plena vigencia de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, suscrita durante la II Cumbre de la Celac, en 2014, en La Habana.
Tales ideas fueron destacadas por José Ramón Balaguer, miembro del Secretariado del Comité Central y jefe de su Departamento de Relaciones Internacionales, al clausurar el Primer Seminario Internacional en torno a los Desafíos y Realidades de ese documento, que los participantes se propusieron divulgar, según reza en la Declaración Final.
Frente a la agresión imperial se erige la firme voluntad de resistencia de los pueblos, aseveró Balaguer, quien calificó como temporales los resultados obtenidos por las campañas del imperialismo en contubernio con las oligarquías nacionales en países como Argentina y Brasil mediante los llamados golpes blandos y las campañas mediáticas de descrédito; una arremetida que también se instrumenta contra el Gobierno de Venezuela.
Precisamente, la Declaración final exigió el cese de la ofensiva estadounidense y la derecha contra la soberanía y la autodeterminación de la nación bolivariana y repudió los intentos desestabilizadores contra el Gobierno salvadoreño de Salvador Sánchez Cerén.
También demandó la liberación de los puertorriqueños Oscar López Rivera y Ana Belén Montes, presos en EE. UU., y repudió el golpe de Estado parlamentario judicial contra Dilma Rousseff y los falsos testimonios presentados contra ella y Luiz Inácio Lula da Silva.
Los participantes condenaron el bloqueo de EE. UU. contra Cuba y exigieron la devolución del territorio que ocupa ilegalmente su Base Naval, en Guantánamo.
Además, los 60 delegados participantes, procedentes de 12 países, también se congratularon por los acuerdos de paz alcanzados en Colombia.
Entre otros compromisos, los delegados al Primer Seminario Internacional Realidades y Desafíos de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, manifestaron su adhesión a la Proclama y su voluntad de convertirla en estandarte de la lucha de los pueblos y exigir su cumplimiento a los nuevos dignatarios que asuman el poder en países de la región.
Chávez, guerrero de la paz
Momento emotivo de la jornada final lo fue este viernes la intervención especial de Adán Chávez, presidente del Centro de Altos Estudios sobre el Pensamiento de Hugo Chávez, quien destacó la vocación pacifista del eterno Comandante y su convicción de que a la paz se le conquista, concepto expresado por él cuando afirmó, en el año 2009: «Si quieres la paz, prepárate para la guerra».
Por ello, Adán lo llamó «guerrero de la paz» y recordó el convencimiento de Chávez de que el capitalismo es el enemigo principal de la paz. Igualmente, aseguró que su país seguirá luchando por continuar «construyendo en paz nuestro socialismo».
Antes, el general Jorge L. García Carneiro, gobernador del estado de Vargas, agradeció el apoyo de los médicos cubanos al pueblo venezolano. Solidaridad es paz, manifestó. En nombre del presidente Nicolás Maduro, «a quien represento, reciban nuestro más cariñoso saludo y afecto por tanto amor», expresó, y agradeció a Fidel, a Raúl y al pueblo de Cuba.
El embajador venezolano, Alí Rodríguez Araque; la presidenta de Madres del Mundo por la Paz, María León, y otros representantes de la Revolución Bolivariana, asistieron a la sesión junto al ministro de Cultura de Cuba, Abel Prieto, y Silvio Platero Yrola, presidente del Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los Pueblos, institución que convocó al encuentro.
