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Desde hace semanas los brasileños en más de 15 estados se han movilizado contra la PEC. Foto: librered.net Autor: Juventud Rebelde Publicado: 21/09/2017 | 06:45 pm
BRASILIA, diciembre 13.— El Congreso de Brasil votó este martes por el congelamiento del gasto público durante 20 años, la primera de las medidas de austeridad promovidas por el presidente Michel Temer, mientras se producían protestas populares en todo el país.
La Policía bloqueó las principales arterias de Brasilia y registraba a personas en las inmediaciones del Congreso antes de las manifestaciones convocadas para la tarde por organizaciones estudiantiles y la Central Única de Trabajadores (CUT), el mayor sindicato del país, dijo AFP.
Las autoridades informaron de incidentes desde las primeras horas de la mañana en varias ciudades, entre ellas Sao Paulo y Porto Alegre, con barricadas y cortes de calles importantes como parte de las protestas.
La sesión sobre la Propuesta de Enmienda Constitucional (PEC 55) se llevó a cabo después de divulgarse encuestas que confirman el fuerte desprestigio de la clase política y de los proyectos en marcha. Según los últimos elementos del sondeo Datafolha, que empezó a publicarse el fin de semana, un 60 por ciento de los brasileños se opone a la enmienda del «techo de gastos» (un 24 por ciento la apoya) y un 58 por ciento estima que el Congreso es «mal» o «pésimo».
La PEC 55, aunque congela los gastos públicos, no pone techo a los recursos destinados a desembolsos financieros (pago de deudas e intereses) y fue apoyada en este segundo turno de votación por 53 senadores, mientras 16 lo hicieron en contra, dijo PL.
En la primera votación, 61 legisladores respaldaron la PEC 55, en tanto 14 se pronunciaron contrarios a la aprobación de la enmienda constitucional, que será promulgada pasado mañana.
Sus críticos denuncian que la medida afectará las ya maltrechas áreas de salud y educación, apuntó AFP, y alegan además que el conservador Temer, que accedió a la presidencia tras el impeachment de Dilma Rousseff (PT, izquierda), no tiene la legitimidad de las urnas para llevar adelante sus reformas.
El relator de la ONU sobre cuestiones de pobreza extrema y derechos humanos, Philip Alson, afirmó la semana pasada que se trata de una reforma «desprovista de cualquier matiz y compasión», que «afectará con mucha más fuerza a los brasileños más pobres y vulnerables».
Esta votación es la última que faltaba para la aprobación definitiva de esta enmienda constitucional, que requiere de dos aprobaciones por mayoría cualificada en la Cámara de Diputados y otras dos en el Senado. En la primera votación en la Cámara Alta, el 29 de noviembre, contó con el respaldo de 61 de los 81 senadores. La medida entrará en vigor esta misma semana.
La votación de las reformas en el Congreso transcurre en el marco de nuevas revelaciones de la Operación Lava Jato sobre el caso Petrobras. En los últimos días, varios ministros y legisladores oficialistas, y el propio Temer, han sido mencionados por exejecutivos de la constructora Odebrecht como presuntos beneficiarios de sobornos.
Poco antes de conocerse el resultado, la senadora del Partido Comunista de Brasil (PCdoB) Vanessa Grazziotin insistió en que la propuesta de Temer «es una medida nefasta para Brasil», cuyo único propósito es cortar recursos que deberían destinarse a los más pobres para otorgárselos a los banqueros.
Grazziotin y la también parlamentaria Gleisi Hoffmann, del Partido de los Trabajadores (PT), interpusieron la víspera un recurso ante el Supremo Tribunal Federal requiriendo suspender la tramitación de la PEC 55 en la Cámara Alta, pero este fue desestimado hoy por el ministro Roberto Barroso, dijo PL.
