KABUL, abril 22.— Afganistán quedó consternado este sábado por la impresionante facilidad con la que grupos talibanes mataron al menos a 150 militares e hirieron a otros 60 al penetrar en un cuartel de la provincia norteña de Balkh, una de las bases más importantes del país centroasiático, dijo ANSA.
El ataque se produjo este viernes en el asentamiento del 209 Cuerpo de Ejército, Shaheen, con una planificación y coordinación meticulosos que sorprendieron a los altos mandos militares afganos.
El ministro de Defensa afgano, Abdullah Habibi, había visitado este cuartel hace menos de dos semanas.
Diez mujaidines, vestidos con uniformes del Ejército y a bordo de vehículos militares, se acercaron a la instalación sin dificultades, irrumpiendo en el momento en el que la mayor parte de los soldados, desarmados, estaban en la mezquita, mientras otro grupo ocupaba el comedor para el almuerzo.
Personalidades políticas afganas, como el vicepresidente de la Cámara de diputados, Humayun Hymayun, denunciaron que el comando talibán tuvo complicidades internas en la base y de ello surge «una gran debilidad» de la Inteligencia militar y «responsabilidades claras» de los comandantes, agregó la agencia noticiosas italiana.
En su reivindicación, el vocero de los talibanes Zabihullah Mujahid, aseguró que cuatro de los mujaidines que entraron en acción eran soldados del lugar y «lo conocían muy bien».
Este ataque se produjo a solo seis semanas de distancia de otra masacre en Kabul, reivindicada por el Estado Islámico, en la cual 50 personas fueron muertas en el asalto al Hospital Sardar Mohammad Daoud.
