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Naciones Unidas, mayo 14. —El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó hoy los ataques que cobraron la vida en los últimos días de civiles y de cascos azules en la localidad de Bangassou, República Centroafricana.
En una declaración, el secretario general mostró indignación por la escalada de la violencia atribuida a miembros de la milicia anti-Balaka, integrada por cristianos y animistas, que el 12 y 13 de mayo dejó varias personas inocentes y a un soldado marroquí de la Misión de Naciones Unidas (Minusca) muertos, además de decenas de civiles desplazados, según reportó Prensa Latina.
Con el nuevo casco azul asesinado, suman seis los ultimados en la suroriental ciudad centroafricana, donde los insurgentes ejecutaron el 8 de mayo una letal emboscada contra la fuerza de paz activada en 2014.
Guterres rechazó las acciones violentas contra la población civil y recordó que atacar a los cascos azules pudiera constituir un crimen de guerra.
El secretario general transmitió sus condolencias al gobierno de Marruecos y llamó a las autoridades de República Centroafricana a investigar lo ocurrido en Bangassou y a garantizar que los responsables paguen por sus crímenes.
De acuerdo con Guterres, lo sucedido en los últimos días demuestra la fragilidad de la situación en el país africano y la necesidad del apoyo regional e internacional a los esfuerzos de paz en el mismo.
La nación centroafricana vive desde hace años un escenario de inestabilidad y violencia, el cual escaló en diciembre de 2013 con los enfrentamientos entre exrebeldes Seleka, de mayoría musulmana, y los grupos anti-Balaka, con saldo de miles de muertos y más de un millón de desplazados.
Pese a las gestiones de paz y el despliegue de tropas extranjeras, continúan las acciones hostiles de las milicias.
