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Tillerson habla de apretar clavijas

El Secretario de Estado adelanta posible reversión de la política de acercamiento, lo cual no tendría en cuenta la voluntad del pueblo norteamericano ni del cubano

Autor:

Juana Carrasco Martín

Desde las antípodas políticas llegan las noticias sobre Cuba-Estados Unidos este martes, cuando el secretario de Estado Rex Tillerson avanzó posibles medidas que endurecerían el bloqueo hacia Cuba y deteriorarían el clima logrado en las relaciones y, por otro lado, jóvenes cubanoamericanos en Miami piden que no vuelva a la Guerra Fría, al igual que un grupo de senadores demócratas que urgieron al presidente Donald Trump a mantener y ampliar el acercamiento.

Tillerson compareció este martes en una audiencia ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado en la que abordó el tema, antecedente de la esperada alocución que Trump hará en Miami el próximo viernes y sobre la que los medios anuncian una reversión de la política llevada a cabo por el presidente Barack Obama.

Según EFE, el Secretario de Estado afirmó que quieren continuar «todo lo posible» la política de acercamiento a Cuba, pero también asegurarse de que las empresas estadounidenses no aporten «apoyo financiero» al Gobierno cubano e «incentivarlo» a que respete los derechos humanos. Este es un elemento reiterativo del habitual discurso injerencista y su abrogación de la condición de juez del mundo.

Tillerson dijo que su Gobierno ve elementos «preocupantes» en la política de apertura iniciada por el expresidente Obama, y cree que está involuntariamente proporcionando el apoyo financiero al Gobierno cubano, algo a lo que quiere poner freno porque va contra la ley, una referencia a la criminal política de bloqueo que agrede a la Isla desde hace más de 55 años.

Se espera que Trump anuncie este viernes, en Miami, el resultado de la revisión que encargó en cuanto llegó a la Casa Blanca, y a lo que se comprometió en otro discurso durante su campaña electoral hecho ante una audiencia revanchista, de elementos que participaron en la derrotada invasión mercenaria por Playa Girón, en abril de 1961.

«El enfoque general (de la revisión ordenada por Trump) es permitir que la actividad comercial y de intercambio con Cuba continúe todo lo posible, porque vemos el lado bueno», explicó Tillerson, quien agregó que «de algún modo, más adelante, se puede llegar al punto de normalización» de relaciones con Cuba.

El Gobierno cubano, con el apoyo de su pueblo, ha dejado claro en más de una ocasión que la «normalización» solo puede lograrse con la eliminación total del bloqueo económico, comercial y financiero, además del cese de políticas injerencistas que promueven la subversión y la devolución del territorio nacional que ocupa la Base Naval de Estados Unidos en Guantánamo.

Agregó EFE que el jefe de la diplomacia estadounidense dijo también que hay un «lado oscuro» en la relación, y según Tillerson es que «Cuba no ha mejorado su historial de derechos humanos».

Estados Unidos considera «importante dar pasos» para volver a garantizar que se cumple «la intención de la legislación Helms-Burton».

Esta posición, que satisface a una derecha extrema de políticos y segmentos cada vez más pequeños de elementos de origen cubano, fundamentalmente en la Florida, contradice, sin embargo, una creciente opinión en la comunidad cubanoamericana y en la ciudadanía estadounidense en general de que se deben mantener y extender las relaciones con Cuba.

Este martes, el grupo The CubaOne Foundation, integrado por jóvenes cubanoamericanos, pidió en una carta abierta al mandatario que no vuelva a la Guerra Fría y tenga como rumbo de su política hacia Cuba «los intereses estadounidenses y el bienestar del pueblo cubano».

El presidente de CubaOne, Giancarlo Sopo, dijo a EFE que una posible restricción de los viajes a la Isla y de las remesas —como se rumora—, «afectaría de una manera desproporcionada a los cubanoamericanos y tendría un efecto devastador sobre el sector privado cubano», e indicó que la comunidad cubano-estadounidense no «lo va a tolerar» y que va a crear «incomodidades a la gente común».

A su vez, Prensa Latina reporta desde Washington que un grupo de 14 senadores demócratas urgió a la administración de Donald Trump a mantener y expandir el acercamiento económico y político hacia Cuba en una carta enviada el lunes al secretario Rex Tillerson, porque esto puede proveer beneficios claves a la economía y a la seguridad nacional estadounidense.

Apuntaron los legisladores que ya se están viendo las ventajas de esa aproximación, según publica en su página web el senador por Connecticut, Chris Murphy.

Consideran los signatarios que las compañías aéreas están volando directamente a Cuba, se han restablecido rutas comerciales directas y los viajes han tenido un incremento récord del 14 por ciento, lo que ha beneficiado el crecimiento de esos negocios con Cuba. Señala también el grupo demócrata las oportunidades que abren para los agricultores estadounidenses las posibilidades de exportación.

En cuanto a lo referido a la seguridad mencionan los nueve memorandos de entendimiento firmados entre Washington y La Habana que se relacionan con la seguridad aérea, los esfuerzos por combatir el tráfico de drogas y la seguridad en las fronteras marítimas.

Concluyen los senadores que abandonar estos acuerdos sería contrario al mejor interés del pueblo estadounidense.

La organización Engage Cuba, que aboga por el acercamiento y trabaja por la eliminación de las leyes del bloqueo, recuerda que un sondeo realizado en mayo pasado demostró que el 64 por ciento de los votantes republicanos favorecen las políticas implementadas por Obama y solo el 22 por ciento se opone.

«Nuestra nueva política hacia Cuba ha fortalecido la economía, creado empleos en EE. UU., afianzado la seguridad nacional y empoderado a los cubanos», resaltó en un comunicado Engage Cuba, en el que advirtió que sería una «vergüenza» que Trump «hiciera retroceder» las políticas actuales con Cuba.

«Si el Presidente está dispuesto a negociar con Arabia Saudí, Egipto, Turquía y Filipinas, ¿por qué no con Cuba?», se preguntó el presidente de Engage Cuba, James Williams, citado por EFE.

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