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La importancia del frente a frente

Representantes del Gobierno y de la oposición seguían explorando este jueves la posibilidad de retomar el diálogo

Autor:

Marina Menéndez Quintero

UN tuit de la corresponsal de Telesur dio a conocer, a mediodía de este jueves, la buena nueva. Representantes del Gobierno bolivariano y de la opositora MUD se encontraban sentados, a esa hora, ante la misma mesa.

Los contactos exploratorios con vista a la posibilidad de reanudar el diálogo entre las partes, interrumpido por la oposición el año pasado cuando dejó las conversaciones sin más, fueron iniciados la víspera en República Dominicana, en rápida respuesta a la invitación formulada por el presidente anfitrión, Danilo Medina, y el exmandatario español José Luis Rodríguez Zapatero, de quien se dice lo hace a nombre de la Unasur.

Sea cual sea el resultado de la exploración —que ojalá desemboque en una agenda y un cronograma para seguir conversando, por el bien de Venezuela— la asistencia a la cita en Santo Domingo representa a lo interno un peldaño más ascendido en busca de la estabilidad y, a lo externo, el reconocimiento que corresponde a la institucionalidad venezolana, tan agredida en los últimos tiempos por quienes han hecho corrillo a la embestida que la cuestiona, e intenta desconocerla.

No es este un escalón que se alcanzara sin esfuerzo. Antes, el cese de la violencia obligado por el voto mayoritario a favor de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), acabó con la estrategia golpista. Por un lado dejó sin asidero discursivo a quienes aupaban las acciones fascistas que la nación debió resistir con estoicismo, y fue el primer paso hacia una estabilidad apuntalada en los decretos bien pensados por esa instancia, representativamente popular, y ratificada por más de ocho millones de ciudadanos. Ellos fueron los protagonistas del inicio del sendero hacia el triunfo de la paz y la soberanía.

No debemos olvidar que las conversaciones, a las que reiteradamente invitó el Gobierno, han sido pedidas antes, incluso, por el Papa Francisco, y la derecha no estuvo dispuesta.

Pero el contexto es otro, matizado ahora también por las cercanas elecciones regionales de octubre, a las que la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ha aceptado (¡qué bueno!) participar. Y no se puede reconocer a las instituciones en algunas ocasiones, y en otras no…

Después del coletazo rabioso que significó el decreto del emperador Trump al establecer un bloqueo financiero que intenta ahogar al Gobierno bolivariano, la posibilidad de volver al diálogo ejecutivo-oposición dibuja una fuerte tranca que, de fructificar, cerraría fuerte la puerta a una eventual vuelta de la violencia y, aún más importante: pone en entredicho los supuestos motivos por los cuales el Presidente de Estados Unidos castiga a Venezuela. ¿Dónde está la falta de democracia? ¿Quiénes han violado los derechos?

El alcalde Jorge Rodríguez, la titular de la ANC Delcy Rodríguez y el diplomático Roy Chaderton representan al Gobierno en las tratativas donde tienen como contraparte a Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional en desacato, y quien partió hacia Santo Domingo precedido de un montón de «peros»: condiciones —como les dice el comunicado de la MUD— que intentan justificar sus llamados a la intervención extranjera y obtener, antes de sentarse, lo que debe ser fruto de la negociación; un texto lleno de falacias que, no obstante, el ejecutivo parece dispuesto a atender.

Al momento de redactar estas líneas, todavía están abiertas las puertas al imprescindible diálogo oposición-Gobierno. Veremos si la altisonancia, la falta de unidad y liderazgo o la corta vista de la MUD y sus mentores, no las cierran. De cualquier modo, un avance importante se registra ya a favor de la legitimidad, el decoro y la independencia de la institucionalidad en Venezuela.

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