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LIMA.— El presidente de Perú, Martín Vizcarra, adelantó los tópicos que contendrá el llama 8va. Cumbre de las Américas —cuando, al inaugurar la cita, aseveró: «Adoptaremos medidas» para concretar el incremento de la transparencia y potenciar la participación de la sociedad civil, entre otras acciones contra la corrupción —tema de la cita— relacionadas con el financiamiento de los partidos y la transparencia en las obras públicas.
Vizcarra pronunció el discurso de bienvenida ante la veintena de altos dignatarios que acuden a la reunión, y entre quienes se encuentran los presidentes de Bolivia, Colombia, México, Costa Rica, Haití, Argentina, República Dominicana y Honduras, así como los primeros ministros de Canadá y Jamaica, entre otros, y el vicepresidente de EE. UU., Mike Pence, a quien el anfitrión dio la bienvenida, como al resto, a su llegada al Gran Teatro, sede de la ceremonia, pero que el estadounidense abandonó después, cuando se reportó el inicio de los bombardeos de su país a Siria.
Cuba está representada por una delegación que encabeza el canciller Bruno Rodríguez Parrilla, quien arribó aquí en la tarde de este viernes.
El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, fue de los primeros en llegar, el jueves, pero regresó a Quito casi inmediatamente ante el anunciado asesinato de tres periodistas ecuatorianos.
Luego de saludar a los presentes, Vizcarra reconoció la noche de este viernes que la Cumbre se realiza en el momento en que su país se recupera, dijo, de una crisis política que «no es independiente de la temática que trataremos»: Gobernabilidad democrática frente a la corrupción.
Vizcarra consideró que la realización de esta Cumbre aquí, a tres semanas de su llegada al poder, es muestra de «la capacidad de enfrentar los problemas y salir adelante» que tienen los peruanos, y señaló, entre otros imperativos de las sociedad latinoamericanas de cara al flagelo de la corrupción, la necesidad de que los ciudadanos recuperen su confianza en las instituciones.
En el uso de la palabra le siguió el secretario general de la OEA, Luis Almagro, con un discurso en el que afirmó que la desconfianza de la ciudadanía en las instituciones abre paso a lo que despectivamente se denomina en la derecha «populismo democrático», y centró la importancia de «combatir» la corrupción, básicamente, en la necesidad de salvaguardar el modelo de democracia representativa que quiere imponer Estados Unidos y para lo que usa como instrumento, precisamente, la institución que Almagro encabeza.
