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CHICAGO, agosto 6.— Al menos 66 personas recibieron disparos desde las seis de la tarde del viernes y hasta la medianoche del domingo en esta ciudad, en un violento fin de semana que, hasta el momento, deja un saldo de 12 fallecidos y otra docena más pudiera morir a causa de las heridas, según reportes de la policía.
En conferencia de prensa este lunes, las autoridades de la ciudad reconocieron que no se ha arrestado a ningún sospechoso, aunque se investigan «algunos» de los tiroteos, dijeron.
Eddie T. Johnson, superintendente de la Policía de Chicago, afirmó que «no era un secreto que fue un inaceptable fin de semana violento», citó CNN. En tanto, el jefe de los Patrulleros, Fred Waller, subrayó que varios de los sucesos están relacionados con conflictos entre pandillas.
Por su parte, The New York Times reseñó que en solo dos horas y 48 minutos de la madrugada del domingo, 30 personas fueron baleadas. La ciudad ha experimentado una violenta noche, fue el comentario de Waller al respecto.
Hacia finales de la jornada dominical, el número de disparos ese día sobrepasó los 40, con un saldo de cinco fallecidos y decenas de heridos, entre ellos un niño de 11 años. A fines de julio, Chicago, una de las urbes más violentas de Estados Unidos, había registrado más de 300 asesinatos, superando a cualquier otra ciudad del país. Sin embargo, esa cifra representaba una disminución de un 23 por ciento con respecto al mismo período en 2017. Mientras que, en 2016, el índice de muertes alcanzó su punto más alto en casi 20 años.
