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A partir de este lunes comenzó a regir el nuevo paquete de sanciones que aplicó el Gobierno de Estados Unidos sobre el régimen de Irán, anunciado en mayo pasado cuando Washington abandonó el acuerdo nuclear con Teherán, con exenciones para ocho países, informan varios medios.
El secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, explicó el viernes que EEUU planea eximir de manera temporal a un máximo de ocho países o jurisdicciones territoriales, que en los últimos tiempos han trabajado para «reducir a cero» sus importaciones de petróleo del país persa.
Este nuevo paquete de sanciones estará destinado a los sectores energético, financiero y naval de la República Islámica, y según Pompeo serán las sanciones «más duras jamás impuestas a la República Islámica de Irán».
En la primera tanda, que entró en vigor el 6 de agosto, se retomaron las sanciones a la compra de billetes de dólares estadounidenses por parte del país, la adquisición de deuda iraní y al comercio de oro y otros metales preciosos, entre otros.
El Departamento del Tesoro estadounidense incluirá más de 300 nuevas entidades a su lista negra, aparte de otras 400 que volverán a ella tras haber salido en 2015 cuando se puso fin a las sanciones con Irán, en virtud de la firma del acuerdo nuclear, conocido como Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en inglés).
Los iraníes aguardan a que las sanciones les devuelvan al duro período preacuerdo atómico 2012-2015, marcado por la inflación, la carestía de productos básicos y de medicinas imprescindibles y, colateralmente, por la corrupción.
Sin embargo, estas nuevas sanciones no fueron respaldadas por la comunidad internacional, y el pueblo iraní marchó este domingo en señal de protesta y resistencia.
