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Solidaridad con Palestina. Autor: Palestina Libre Publicado: 29/11/2018 | 07:55 pm
La comunidad internacional reunida a la sombra de las Naciones Unidas decidió en 1977 que el 29 de noviembre fuera un día de movilización mundial para, de una vez por todas, hacer cumplir la parte pendiente de ejecución de una decisión de la Asamblea General, que establecía la creación de un estado árabe palestino.
La famosa Resolución 181 fue votada otro 29 de noviembre, pero de 1947, a instancias de Gran Bretaña, con el fin de cumplir su compromiso de dividir la histórica Palestina, que ocupó militarmente al término de la I Guerra Mundial, para establecer un estado judío.
El Día Internacional de Solidaridad con Palestina a lo largo de los últimos 31 años ha sido inútil. La situación del pueblo palestino es hoy mucho peor.
El territorio que fuera asignado al estado palestino ya no es el mismo previsto originalmente, sino mucho menor, resultado de las guerra de rapiña, despojo y limpieza étnica sionista. Cisjordania permanece bajo ocupación militar israelí y Gaza totalmente bloqueada.
Según expresó este jueves la miembro del Comité Ejecutivo de la OLP, Hanán Ashrawi, «el sufrimiento, la desposesión, el desplazamiento y la victimización del pueblo palestino» comenzaron con la aprobación de esa resolución y la creación del Estado de Israel.
«La solidaridad no es solo una expresión abstracta de empatía, sino que es un compromiso activo, positivo y concreto», recordó la conocida dirigente palestina.
A su vez, desde Nueva York, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, reconoció que «la cuestión de Palestina está íntimamente ligada a la historia de las Naciones Unidas y es una de las que lleva más tiempo pendiente en la agenda de la Organización».
Al respecto dijo que los líderes israelíes y palestinos deben reconocer (le faltó añadir y aplicar si dilación) la resolución (242 del Consejo de Seguridad) que establece la necesidad de dos estados y requiere a Israel regresar a las líneas anteriores a la guerra de junio d 1967. Asimismo, admitir a Jerusalén como capital de ambos estados.
En un acto de insostenible equilibrio llamó a israelíes y palestinos por igual a no dañar el proceso de paz.
A Israel le dijo que «las demoliciones, la expansión y construcción ilegal de asentamientos continuos, los desalojos forzosos y las medidas punitivas colectivas no traerán la paz».
Israel también debe levantar sus restricciones sobre el flujo de bienes y personas a la Franja de Gaza y actuar con moderación a lo largo de la frontera de Gaza, agregó.
Para balancear, como si los palestinos tuvieran semejante peso bélico, Guterres instó a Hamas a «detener su acumulación militar en Gaza, incluido el lanzamiento indiscriminado de cohetes y dispositivos incendiarios dirigidos contra Israel».
Mañana será otro día. Por ahora no hay fecha para ni siquiera sentarse hablar –en la ONU o algún otro foro- de un solución al problema palestino.
