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Moscú, marzo 5.— El principal consejero de seguridad del presidente Donald Trump ha prometido endurecer las restricciones financieras a Cuba por «fomentar la represión» en Venezuela, y el Ministerio ruso de Exteriores ha calificado este martes de «alocada» esa declaración del asesor de Seguridad del Gobierno de EE. UU. y la Casa Blanca, John Bolton, quien prometió tomar medidas contra Cuba por apoyar al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
«Esta es otra declaración completamente alocada de un representante de la administración estadounidense, que se ha propuesto ajustar a sus patrones la región de América Latina», declaró a RIA Novosti el director del departamento de América Latina de la Cancillería rusa, Alexánder Schetinin.
La afirmación del principal consejero de seguridad de Donald Trump es «absolutamente inaceptable» y demuestra que «todo lo que se dice acerca de “restaurar la democracia” en Venezuela es solo un encubrimiento para configurar países latinoamericanos según los criterios estadounidenses», reiteró Schetinin.
La víspera, y a través de un mensaje de Twitter, Bolton —quien ha sido el principal promotor de una intervención en Venezuela para derrocar al legìtimo presidente venezolano, indicó que los países del continente americano «deben» condenar también al régimen cubano, informó RT.
«El papel de Cuba en la usurpación de la democracia y el fomento de la represión en Venezuela es claro. Es por eso que los EE. UU. continuarán ajustando las restricciones financieras a los servicios militares y de inteligencia de Cuba. Las democracias de la región deben condenar al régimen de Cuba», escribió Bolton.
El tuit de @AmbJohnBolton acompañó a la decisión anunciada este lunes por el Departamento de Estado de EE. UU. de permitir que, a partir del próximo 19 de marzo y al amparo del Título III de la Ley Helms-Burton que codifica el bloqueo contra Cuba, se presenten demandas judiciales en tribunales estadounidenses contra empresas cubanas incluidas en una lista de entidades sancionadas.
Desde su entrada en vigor en 1996, la ley Helms-Burton ha intentado universalizar el bloqueo económico, mediante presiones brutales e ilegales de Washington contra terceros países, sus gobiernos y sus empresas.
Cuba rechazó enérgicamente la nueva escalada agresiva de la administración de Donald Trump en una declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores, en la que se afirma que el objetivo es «asfixiar la economía cubana, y promover o aumentar las carencias de la población con el propósito de imponer en Cuba un gobierno que responda a los intereses de Estados Unidos».
Los presidentes de Estados Unidos habían suspendido de manera consecutiva la aplicación del Título III por seis meses, pero en enero pasado, Donald Trump anunció que lo haría por solo 45 días a partir del 1ro. de febrero, una postura denunciada en la Mayor de las Antillas como un chantaje y parte del empeño en recrudecer el bloqueo económico, comercial y financiero.
La medida dictada por el secretario de Estado, Mike Pompeo, fue comentada en una declaración por James Williams, presidente de la organización estadounidense Engage Cuba —que propicia el levantamiento de la prohibición de viajes a la Isla y el bloqueo comercial—, quien dijo que «Esta es una continuación de la misma política de embargo —bloqueo— que ha fallado por cerca de 60 años. Usted puede ponerle pintalabios a un cerdo, pero sigue siendo un cerdo. Tenemos seis décadas de evidencia de que el embargo daña cada día a los cubanos…».
