Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Macri por la remonta

Numerosos actos de protesta se anuncian este jueves en Argentina contra la visita de Jair Bolsonaro

Autor:

Marina Menéndez Quintero

La posibilidad de que en Brasil se tomen decisiones cercanas a lo justo y se conceda un régimen carcelario semiabierto a Lula no logra apagar el rechazo que provoca la visita del presidente de aquel país, Jair Bolsonaro, a Argentina, este jueves, cuando se han anunciado movilizaciones bajo la consigna de «(…)Tu odio no es bienvenido aquí».

Uno y otro podrían darse mutuo consuelo, pues resultaría difícil establecer cuál de ambos mandatarios ha recibido más abucheos recientes en sus respectivos países: si Mauricio Macri, criticado por una política económica que ha puesto otra vez al país en manos del FMI y hecho crecer el costo de la vida junto a la pobreza, o su visitante, considerado como un fenómeno electoral en vista del 55 por ciento de votos que obtuvo el año pasado, y a quien hoy se le adjudica apenas un 34 por ciento de aceptación en medio de una constante caída del PIB desde que llegó al poder, y a pesar de que su ejecutivo recorta y recorta…

Van mal ambas economías.

Las declaraciones brindadas por el embajador de Argentina en Brasilia, Carlos Magariños, invitan a pensar en el deseo de reforzar las relaciones bilaterales.

Según adelantó, con el encuentro se busca incrementar el intercambio científico-técnico, económico y comercial. Pero también estarán en la agenda temas como seguridad y justicia, algo que puede oler mal al progresismo de ambas naciones si se recuerda cómo se han manipulado, en uno y otro país, los sistemas judiciales. El propósito es condenar a inocentes de izquierda.

Pero puede que tampoco sean estas todas las razones para que Macri invitase a Bolsonaro a Argentina.

Los que auguran allí una jornada movida de marchas y actos culturales (porque parte de la protesta anunciada será la realización de un festival), interpretan de modo diferente esa aparentemente saludable orden del día.

Los movimientos políticos, sindicales, sociales, y de defensa de los derechos humanos que convocan, critican a Bolsonaro por sus posturas neofascistas. Pero también alertan que su reunión con Macri será «para reforzar políticas de represión, ajuste y entrega al FMI».

Dejando las pasiones y emociones afuera, hay argumentos más fríos para especular qué pasará, como los que se agazapan tras la presencia en el temario de lo relativo al Mercosur, y un afán por reestructurarlo que podría seguirle quitando el contenido verdaderamente integracionista de que se le proveyó en los años recientes. Macri y Bolsonaro han explicado sus propósitos en estos términos: una reforma profunda del Mercosur para «racionalizar el bloque», en alusión al despojo de presuntos tintes ideológicos.

Peor aún sería ver hecha realidad la aseveración formulada por la Central de Trabajadores de Argentina y la Asociación de Trabajadores del Estado, las que denunciaron que los mandatarios incluirán en la agenda la situación de Venezuela: sería muy lamentable, porque eso daría a su encuentro un cariz marcadamente injerencista.

Todo indica que en el trasfondo están las próximas elecciones presidenciales en Argentina, pautadas para octubre, y a las que Macri llega «a la defensiva» a tenor con los malos resultados económicos y la tensión social.

Observadores apuntan que la presencia de Bolsonaro e, incluso, la posibilidad de que ambos opinen sobre los asuntos internos venezolanos, busca reforzar la campaña electoral del porteño, quien pareciera querer atrapar solo el favor de la derecha, pues el otro invitado que recibirá es el presidente de Colombia, Iván Duque, quien llega el domingo.

Evidentemente, el Presidente argentino trata de lograr la reelección reforzando el único flanco donde puede hacer algo: el externo, porque todo anda demasiado mal hacia el interior.

Tempranas encuestas como la realizada hace algunos días por la firma CEOP le adjudican a Macri un 29 por ciento de los votos frente al dueto opositor que conformarían el exministro Aníbal Fernández para la presidencia con Cristina como vice, dupla que obtendría el 39,3 por ciento.

Faltan cinco largos meses para los comicios. Veremos si Mauricio Macri consigue lo que quiere: la remonta. 

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