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Una permuta memorable: de la Casa Blanca a Indian Creek Island

Ivanka Trump y su marido, Jared Kushners, serán los nuevos propietarios de una de las fastuosas mansiones que ocupan este pequeñísimo islote privado en el sur de la Florida

Autor:

Juana Carrasco Martín

Publicaciones especializadas en la vida de celebridades, de la farándula o de las élites, hicieron gala de descripciones de Indian Creek Island, un pequeñísimo enclave privado en el sur del estado de Florida, al que se considera un refugio fiscal, que es meta y residencia de algunas de las personas más ricas del mundo.

La razón por la cual en estos días salió a la palestra el bunker de los  multimillonarios —así también se conoce a la isla—, se debe a la compra de un terreno de 1,84 acres y 200 pies de frente marítimo por más de 31, 8 millones de dólares, según publicó el New York Post. El vendedor es un conocidísimo cantante, Julio Iglesias.

Los compradores son también famosísimos y en ellos está la clave de que nos ocupemos del asunto: una pareja que todavía deambula por la Casa Blanca: Ivanka Trump y su marido, Jared Kushners, los nuevos propietarios de uno de los poco más de 40 lotes y 30 fastuosas mansiones que ocupan el islote junto a un campo de golf de 18 hoyos y un exclusivo club con apenas una decena de miembros.

La más total discreción, privacidad y seguridad están entre los valores máximos de esta comunidad multimillonaria cerca de Miami Beach y unida a tierra firme por un puentecillo de tránsito bien limitado, tiene su propia fuerza policial que vigila por tierra, mar y aire las 24 horas de cada uno de los siete días de la semana.

Para garantizar aún más que Ivanka y Jared no tengan ningún sobresalto en Indian Creek Island, el diario Miami Herald revelaba: «Los 53 votos presidenciales emitidos por los residentes de la isla se inclinaron fuertemente hacia el presidente Donald J. Trump, 79 por ciento frente a 21 por ciento para Joe Biden».

Y parece que esta «permuta» desde la Casa Blanca es la búsqueda de la familia Trump hacia áreas más acogedoras para la pospresidencia, pues el jefe del clan pasará estos días  finales en su campo de golf preferido: el Trump National Doral Miami.

Algo más de lo que hablar

Pero Jared Kushner ha sido noticia por alguna otra cosilla…

«Todo el mundo está enviando correos electrónicos a Jared», dijo una fuente —anónima, por supuesto—, a Yahoo News cuando comentó la ola de indultos y perdones presidenciales que Donald Trump ha concedido y sigue otorgando en sus días  finales en la Casa Blanca. El viernes 25 ya eran 65 los beneficiados y podrían sumársele algunos más, incluidos indultos preventivos.

Ese Jared del cuento es Kushner, el empresario judío que, además de yerno de Trump, es el consejero más cercano del presidente en asuntos como las relaciones con el Medio Oriente —mayor robo para aniquilar a Palestina de por medio, logrando firmas de acuerdos entre algunos países árabes y Netanyahu, con venta de armas como moneda de cambio—; las relaciones con China —cada vez más tensas—; la construcción del inacabable muro con México y las implicaciones en la política migratoria; en el enfrentamiento de la incontrolada epidemia de los opiáceos; el asesoramiento tras bambalinas del problema de la pandemia de la COVID-19; y dirigir la Oficina para la Innovación Americana para remodelar el Gobierno de Estados Unidos, trasladando a su funcionamiento las ideas empresariales, entre otras tareas a su cargo. 

Hecha la imprescindible, aunque no total presentación de Kushner, seguimos con el asunto en cuestión. La fuente anónima le susurraba a Yahoo News sobre el tema de los perdones presidenciales: «Si quieres hacer que algo suceda, ve a Jared. Va a ser un free-for-all». Él mantenía el registro y rastreaba a la  gente que pedía clemencia. Agregaba el informante: «Los que van a ser perdonados y llegar a la cima de la lista son los que tienen representantes, miembros del personal o consejeros que fueron leales al presidente».

Al parecer el papel clave del yerno era evidente, pues otra fuente no identificada, que el artículo de Yahoo News calificaba de «familiarizada» con la situación, dijo: «creen técnicamente que los indultos y la clemencia estaban bajo Jared Kushner en la Casa Blanca».

Cierta o no la especulación sobre su influencia decisiva, los perdonados son en buena medida gente de los círculos trumpianos, o cercanos al presidente saliente, casi todos procesados y sancionados por fraudes fiscales, aceptación de sobornos, falsos testimonios, negocios tramposos y no faltan criminales de guerra.

Los indultos también fueron para ex- miembros de la campaña presidencial de Trump que estaban atrapados en las investigaciones de su candidatura presidencial, incluyendo a Paul Manafort, el expresidente de campaña, y el asesor de toda la vida Roger Stone.

Y entre ellos Charles Kushner, el padre de Jared, un promotor inmobiliario que fue condenado en 2005 por cargos relacionados con contribuciones ilegales a campañas, evasión de impuestos y manipulación de testigos que surgió de un complot de extorsión en el que contrató a una mujer para seducir y chantajear a su cuñado, enviando la cinta del encuentro sexual a su hermana, para intimidarla.

Ahora bien, le puso la tapa al pomo, como diría cualesquiera de mis vecinos y también mi abuela, la revelación de que la jueza federal jefa para el Distrito de Columbia, Beryl A. Howell, abrió un proceso de investigación a una presunta trama de sobornos con el objetivo de influir en la Casa Blanca para lograr indultos del presidente Donald Trump. Las generosas donaciones políticas serían dinero para campañas, partidos, iniciativas de comités políticos.

El primer martes de este diciembre se publicaron las 20 páginas de los documentos judiciales que datan de agosto pasado y son revelaciones de la  actividad fiscal sobre algunas personas que se pusieron en contacto con funcionarios de la Administración estadounidense para los indultos.

Usted se quedará con las ganas de saber quiénes son esas personas —al menos por ahora—, porque los papeles están censurados y no identifican a los implicados. Usted sabe, las clásicas tachaduras con tinta negra indeleble, y, por demás, un funcionario del Departamento de Justicia —casualmente tampoco identificado—, aseguró al diario The Washington Post que ningún funcionario gubernamental está siendo investigado en relación con esta trama.

Entonces, no haga conjeturas a priori, y ni se le ocurra unir puntos entre indultos, consejos, donaciones, compras millonarias, porque a la actual Casa Blanca le gustan los litigios y puede salir algunos procesados por perjurio.

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