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José Antonio Echeverría y las batallas de estos tiempos

Autor:

Juventud Rebelde

José Antonio Echeverría y Bianchi nació en la ciudad de Cárdenas el 16 de julio de 1932. Al morir no había llegado a los 25. Hoy cumpliría 74 años. Próximos al cincuentenario de su caída en combate el 13 de marzo de 2007, es un compromiso dar a conocer su breve y profunda existencia en toda su dimensión.

La Presidencia de la FEU por José Antonio (septiembre 1954-marzo 1957) no solo traza un período de radicalización en la lucha; también representó un proceso renovador de purezas en el movimiento universitario, que imprimió una dinámica integral en las que se destacaron la cultura y el arte.

Recordemos algunas de aquellas actividades: concierto de la Orquesta Filarmónica de La Habana en la Plaza Cadenas; presentaciones del Ballet de Alicia Alonso, en el Estadio Universitario; primer Festival de Arte Universitario, en contraposición a la Bienal de Franco y Batista que tenía lugar en aquellos momentos.

Observemos esta información aparecida en el periódico El País con fecha 13 de marzo de 1956, sobre las Semanas Sinfónicas Universitarias, bajo el título «Valiosa ayuda de los estudiantes al mundo musical de nuestro país», en que entrevistan a varios dirigentes estudiantiles.

El artículo destaca las jornadas artísticas de la Tercera Semana Sinfónica que tuvo lugar en marzo de 1956; la muestra de cine; el concierto de música cubana, bajo la dirección del maestro Gonzalo Roig; el concierto operativo con la participación de la Coral Universitaria; Esther Borja interpretando a Ernesto Lecuona; la exposición de pintura de Girona y Lam...

Este trabajo periodístico resalta además la Segunda Semana Sinfónica en 1955; el éxito de la Conferencia sobre Africanía de la música cubana por Don Fernando Ortiz, y la Exposición del Típico Danzón Cubano por el maestro Urfé, que contó con la ilustración musical de la Orquesta de Belisario López, y la interpretación de Merceditas Valdés.

Finalmente en el artículo se expresaba: «La Semana Sinfónica es una de las más importantes manifestaciones de la preocupación del proceso artístico que siempre ha animado a los estudiantes universitarios. Ni en los momentos de más aguda crisis nacional, en la denuncia y la lucha, el estudiantado universitario se ha ausentado del cumplimiento de sus obligaciones de fomento al arte».

En ocasión de su elección como presidente de la FEU, José Antonio Echeverría, en entrevista publicada en la prensa nacional el 20 de abril de 1955, traza a grandes rasgos su programa:

La cultura universitaria como el gran resorte del progreso de los pueblos la queremos expandir tanto en lo interno como en lo exterior. Lucharemos con denuedo por hacer posible la Ciudad Universitaria. Una de las ideas que acariciamos es la proyección hacia el pueblo, creando la Universidad Popular Rafael Trejo y la Cruzada de Alfabetización Rubén Batista Rubio.

José Antonio cultivó la amistad con escritores, pintores, periodistas, músicos, poetas, escultores y profesores universitarios, verdaderos exponentes del pensamiento cultural. El cariño que profesó siempre por el decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Derecho Público Raúl Roa García es imborrable. Pasaba horas, junto a Ada Kourí, René Anillo, y otros amigos, escuchando al doctor Roa hablar de Pablo de la Torriente Brau, o del Ala Izquierda Estudiantil. Al doctor Clemente Inclán y Costa, rector de la Universidad, le tenía un enorme respeto.

Lo vimos visitando asiduamente el Anfiteatro de la Facultad de Pedagogía para alentar al profesor José Valdés Rodríguez en su empeño de crear un cine universitario; sentimos su preocupación por el coro y el teatro universitario; lo recordamos presidiendo, junto al doctor José Antonio Portuondo, en la Facultad de Derecho, distintas exposiciones de pintura.

Gracias a su amistad con Manolo Corrales estableció los contactos con Alicia y Fernando Alonso para buscar la presencia de la gran bailarina y su ballet en el Estadio Universitario.

En 1955, la ARTYC (Asociación de Redactores y Cinematográficos) acordó otorgar a la dirección de Cultura de la FEU el trofeo y diploma de honor establecido para premiar anualmente a la institución más preocupada y que más hubiera hecho por el auge de la cultura en el país.

A José Antonio, como estudiante de Arquitectura, no le era ajena la pintura. Recuerdo durante nuestro viaje a México, para analizar la estrategia que se seguiría luego de la firma de la Carta de México con Fidel, su dominio sobre la Ciudad de los Palacios y su arquitectura, y su interés por los murales de Diego Rivera y Siqueiros.

También tengo fresca en mi memoria cuando nos responsabilizó a René Anillo y a mí, para preparar encuentros con profesores de la Facultad de Derecho, Ciencias Sociales y Filosofía y Letras, con el propósito de impartir, analizar y debatir temas entre los cuales se destacarían las cuestiones sociales, económicas y políticas, así como al ámbito internacional y la literatura universal. El mismo José Antonio preparó las condiciones para ello en la Asociación de Estudiantes de Arquitectura.

En uno de sus largos períodos clandestinos, me solicitó que le buscara tres libros del escritor argentino José Ingenieros: El hombre mediocre, Las fuerzas morales y Tiempos Nuevos. Era un martiano apasionado. La lectura de las obras del Apóstol era constante y están presentes en sus discursos. En la importante y radical intervención del 9 de marzo de 1956, en el Aula Magna de la Universidad, termina haciendo referencia a una frase de Martí: «andemos del lomo del cóndor para regar por las naciones del continente y por las islas dolorosas del mar la semilla de la América nueva».

Con la misma decisión que encabezaba una manifestación, al día siguiente inauguraba una exposición de pintura o un concierto. Su indiscutible valor personal y su pensamiento se aúnan en armónico complemento, siendo uno reflejo del otro. Profundizar y ampliar estos estudios históricos de manera integral debería ser un propósito inaplazable.

Ese fue el camino que comenzó a recorrer aquel joven. Si no pudo continuarlo físicamente, por impedírselo las balas enemigas, no han logrado detenerlo en el tiempo. En la batalla que libra Cuba, con gigantesco apoyo popular en el campo de las ideas, están presentes la acción y el pensamiento de José Antonio Echeverría, aquel carismático estudiante que vivió siempre… con un pie en su día… y otro en el futuro.

*Dirigente estudiantil y compañero de lucha de José Antonio. Presidente de la Cátedra José Antonio Echeverría de la Universidad de La Habana.

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