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¿Bush preocupado por el medio ambiente?

Autor:

Juventud Rebelde

Estados Unidos genera la cuarta parte de las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2), pero durante años se ha negado a firmar el Protocolo de Kyoto, una herramienta internacional creada en diciembre de 1997, en Japón, para reducir las emisiones de ese y otros cinco gases contaminantes, principales responsables del calentamiento global o «efecto invernadero».

Sin embargo, el presidente Bush se ha declarado fiel defensor del cuidado del medio ambiente, y en su discurso del 23 de enero, por ejemplo, hasta presentó propuestas para sustituir vertiginosamente una parte de la gasolina por el etanol que además, siguiendo su enfoque, permitiría ahorrar dinero y disminuir la dependencia del oro negro de los «malos» (léase Venezuela e Irán).

Cosa rara y que huele mal en un Presidente que el año pasado declaraba que «somos adictos al petróleo». ¿Ese giro a lo verde tendrá que ver con el aumento de los subsidios a los grandes del maíz, de donde se obtendrá, fundamentalmente, el etanol combustible? ¿O tal vez con preparar a la opinión pública para trasladar los subsidios del maíz al etanol directamente?

En definitiva, el etanol, mezclado con gasolina, goza de un subsidio en EE.UU. de 51 centavos de dólar por galón (3,8 litros), lo que significa que esa producción costó 11 000 millones de dólares al erario público de 1979 a 2000. Esta cifra «fácilmente se duplicará» cuando la producción aumente en los próximos años, según analistas. Los productores de etanol, que ahora reciben mil millones de dólares anuales bajo la forma de concesiones fiscales, recibirán cinco mil millones en 2010, según estima el grupo Contribuyentes para el Sentido Común, de Washington.

El experto Eric Reguly, analista de Report on Business del Globe and Mail, estimó que la decisión del mandatario estadounidense George W. Bush para impulsar el uso de etanol no es para promover la seguridad energética ni reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Agregó que si esta fuera la intención, Bush tomaría medidas para hacer más eficientes los motores de los automóviles.

Reguly reiteró que esta medida busca proteger el comercio del maíz, que Estados Unidos domina en casi 70 por ciento a nivel mundial, y de seguir subsidiando a las tres grandes compañías que lo controlan: Cargill, Carlyle Group y Archer-Daniels-Midland. Se afirma que las destilerías de etanol consumirán 146 millones de toneladas de maíz en 2008, la mitad de la producción de Estados Unidos.

El Tesoro estadounidense transfirió 37 000 millones de dólares a los productores maiceros entre 2000 y 2005, por lo cual la superficie sembrada se incrementó en tres millones de hectáreas. Los altos subsidios al maíz estadounidense le permiten colocar este grano a precios más bajos en el mercado mundial, con relación a los granjeros cuyos países no aplican esta política. Ya suman seis países (Argentina, Australia, Brasil, Guatemala, Nicaragua y Uruguay) los que se sumaron a Canadá en una queja («petición de consulta», técnicamente hablando) ante la OMC sobre el proteccionismo de Washington a sus granos.

Debe tenerse en cuenta que el maíz ha pasado de ser un grano básico en la alimentación animal y la producción de aceite (además de ser primordial en la alimentación humana en México y América Central) a un cultivo estratégico —como lo denominan algunos medios— por su utilización en la producción del etanol, un alcohol que puede utilizarse como combustible biológico de automotores, tanto puro como mezclado con naftas. Se espera que en los próximos años la producción maicera se extienda aún más de los actuales 880 millones de toneladas anuales y que gran parte de ello se dedique a alimentar a los vehículos de los siempre mayoritarios propietarios de los países del Primer Mundo.

Es cierto que la introducción del alcohol en la gasolina repercutirá positivamente en el aire de nuestro planeta siempre y cuando se siga una política racional que resuelva el uso de la tierra para producir alimentos y combustibles en ese orden.

Llama a la reflexión el giro profundo del presidente W. hacia la ecología y parafraseando a Clodoaldo Hugueney, representante brasileño ante la OMC, podemos pensar que «Esto no se refiere solo al medio ambiente».Investigadora agregada del Centro de Investigaciones del Petróleo.

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