Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

El paraguas de la señora Merkel

Autor:

Luis Luque Álvarez

Parecía cosa de trámite: que las elecciones legislativas del próximo 27 de septiembre en Alemania serían solo «coser y cantar» para la conservadora Unión Cristiano-Demócrata (CDU), de la canciller federal Ángela Merkel. Total, su más cercano perseguidor, el Partido Socialdemócrata (SPD), está en un aparentemente insalvable barranco, con 14 puntos menos en las simpatías de los votantes. La señora cae bien, sencillamente, y la CDU se anota los goles…

No obstante, los comicios regionales celebrados este fin de semana en tres de los 16 estados federados (länder) que integran a ese país europeo, le han dado a la canciller el silbatazo: no confiarse. En Sarre y Turingia, la CDU perdió la mayoría absoluta, mientras en Sajonia, aunque descendió levemente, retuvo fuerza suficiente para quedarse en el gobierno. Y no solo eso, sino que le enseñará la puerta de salida al SPD (con el que hacía alianza en ese estado del este) y le abrirá los brazos al Partido Liberal (FDP), una pequeña formación que también ganó votos y con la que la CDU aspira a asociarse a nivel federal tras el día 27.

Pero fijémonos en los länder de la derrota conservadora. ¿Quiénes han captado los votos? Principalmente el partido La Izquierda, formado por disidentes del SPD y ex comunistas de la extinta República Democrática Alemana, que de un tímido 2,3 por ciento en 2004, han alcanzado el 23 por ciento en Sarre, gracias, en buena medida, al carisma del rostro más visible del partido, Oskar Lafontaine, quien fue primer ministro regional allí entre 1985 y 1998, en sus tiempos de socialdemócrata (la herencia pesa). En Turingia, entretanto, el avance fue más modesto: del 26 al 27 por ciento, aunque es igualmente un paso adelante.

¿Qué ocurre ahora? Algo curioso: La Izquierda no puede gobernar sola en esos sitios. Debe pactar, previsiblemente con el SPD y los Verdes. El primero, aunque preferiría dormir con un oso pardo antes que enyuntarse con ella (el resentimiento es obvio), envía señales de que negociará, algo que no se permitió hacer en 2008, cuando eligió dejar  el estado de Hesse a la CDU antes que llegar a un acuerdo con los otros «rojos». Para contradicciones, los políticos…

Claro, lo de darse las manos sería solo en ese contexto, pues en el Parlamento Federal, «nananina». Para el SPD (que no salió muy bien parado, salvo en Turingia), la opción de aliarse con La Izquierda tras los comicios del día 27, es tan disparatada como pensar que un charco es un océano. ¡Y vaya paradoja!, pues si los socialdemócratas tienen hoy la oportunidad de retornar al gobierno en Sarre y Turingia, es gracias al ascenso de aquellos a los que menosprecian.

Bien haya arreglos entre ellos, bien no los haya, la nota de interés es que nada está cantado, y que a la CDU, que pensaba arrollar en las legislativas, se le complican algo las cosas. A la luz de lo ocurrido el domingo, analistas opinan que los conservadores se llevarán el gato al agua, pero no con margen suficiente para echar al cesto la «gran coalición» de gobierno de cuatro años con el SPD. Han sido unos muy laaargos años, y ambos están desesperados por ver la hora del divorcio. Pero si el triunfo no es «a bombo y platillo», si no es una victoria amplia, ¿qué quedará? Pues eso mismo: ¡repetir el viejo matrimonio…!

Dentro de algunos días, veremos si las varillas quebradas de Sarre y Turingia no acaban por trabarle el paraguas a la señora Merkel…

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