Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Las primarias republicanas

Autor:

Lázaro Fariñas

En Estados Unidos casi todo se cataloga en superlativo. Todo es espectacular, grandioso, súper: el Superbowl, los grandiosos premios Óscar, Superman y, años atrás, hasta inventaron el Súper Ratón. En política, tampoco se quedan cortos al tratar de calificar las elecciones ya que, cuando se reúnen varios estados el mismo día para realizar las primarias de los partidos políticos, lo bautizan como el Super Tuesday.

Pues bien, como se están llevando a cabo por todo el país las primarias del Partido Republicano, hace unos días se hicieron las elecciones en diez estados diferentes, y como se llevaron a cabo un martes, pues se le denominó como el supermartes. El ganador de seis de los diez estados fue el candidato millonario y mormón, Mitt Romney.

Todo parece indicar que Romney, a la larga, será el que elijan los republicanos para que se enfrente a Barack Obama en las elecciones del próximo noviembre, a pesar de que aún le faltan muchísimos delegados por ganar para lograr la nominación.

Hasta el día de hoy, quedan cuatro candidatos tratando de conseguir ser el nominado, pero ya Romney les lleva una gran ventaja a los otros tres, dos de los cuales han triunfado en grandes estados: Newt Gingrich en Georgia y South Carolina, y Rick Santorum en North Dakota, Tennessee y Oklahoma. Ambos candidatos han perdido en estados claves por la cantidad de delegados que contribuyen, como la Florida y Ohio.

Romney tiene a su favor la cantidad tan enorme de dinero que posee. Es una inmensa fortuna en capital personal, y además tiene una fantástica habilidad para conseguir fondos para su campaña. Indiscutiblemente, Mitt Romney tiene la mejor organización política de todos los aspirantes que contra él compiten. Pero como nada es perfecto, también tiene la mayor desventaja, y es que la ultraderecha del partido no lo considera lo suficientemente conservador y derechista como para apoyarlo, y también, que no pertenece a ninguna denominación fundamentalista cristiana, ya que es mormón.

El que acusen a Romney de ser liberal y no cristiano es, hasta ahora, una de las mayores razones para no haber barrido en todas las elecciones que se han llevado a cabo. Sus contrarios siguen apostando a que no logrará la nominación del partido, pero a mi forma de ver esta contienda, no creo que a la larga logren pararla. Creo que será el candidato que enfrentará a Obama en las elecciones presidenciales de noviembre pero, también en mi forma de ver esas próximas elecciones presidenciales, me parece que no tendrá el más mínimo chance de ganarle al presidente.

En realidad no creo que Obama pueda perder esas elecciones, ni siquiera si los cuatros candidatos republicanos se ponen de acuerdo y se enfrentan juntos al presidente. Todos los candidatos, incluyendo a Romney, que están en estos momentos aspirando, son demasiado mediocres como para que puedan vencer a un presidente en funciones. Obama no ha cumplido la mayor parte de sus promesas electorales y en realidad ha sido un desencanto para los millones de electores que votaron por él, pero no veo la posibilidad de que esos votantes que eligieron a Obama hace cuatro años le vayan a virar la espalda para votar por ninguno de los candidatos republicanos. La memoria de los electores norteamericanos es mala, pero no tanto como para olvidarse del daño que le hizo el republicano Bush en los ocho años que gobernó este país. Las encuestas demuestran que el presidente le ganaría, si las elecciones fueran hoy, a cualquiera de los posibles aspirantes republicanos.

En el caso de los cubanos que aquí residimos y que votamos por el presidente en las elecciones pasadas, no creo que les pase por la mente votar por el candidato republicano. Sabemos quiénes son los que respaldan a esos candidatos y qué política llevarían a cabo si llegaran a ser elegidos.

Atrás de Romney está la ultraderecha cubanoamericana, los Díaz-Balart y la Ileana Ros. En el caso de Newt Gingrich, está David Rivera. Todos ellos son los que casi obligaron al presidente Bush para que hiciera aquel decreto ley que limitaba los viajes de los cubanoamericanos a Cuba a uno cada tres años y que redefinió el concepto de quién es familia y quién no. Además, nos restringía la cantidad de dinero que podíamos mandar a nuestros familiares en Cuba, o que podíamos gastar allá.

No me cabe la menor duda de que cualquier candidato republicano que llegara a la Casa Blanca hoy en día volvería a implantar la estúpida y criminal política que nos impuso W. Bush durante su mandato. No es que les importe o no una acción de ese tipo, solo lo harían para complacer a los cubanos de la ultraderecha, los que les aportan dinero y votos en cada elección. Los mismos que, constantemente, están tratando de hacerle daño a Cuba y su pueblo.

*Periodista cubano radicado en Miami

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