Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Voluntad Popular

Autor:

Lisandra Gómez Guerra

El termómetro popular anda disparado por estos días en Sancti Spíritus por las altas temperaturas que desprende la intensidad de conocer palabra por palabra de la Carta Magna.

Por ello, los puntos de venta de la red postal de la provincia, donde se expenden los 140 000 ejemplares del documento que tiene formato de tabloide de 16 páginas, no dejan margen al vacío y entre debate y debate, se apunta sobre algún cambio, supresión o añadido, tras su aprobación en su versión definitiva durante la pasada sesión de la Asamblea Nacional.

Y es que toda Cuba se prepara para vivir la última etapa de un ejercicio democrático por excelencia. El venidero 24 de febrero, más de 8 millones de personas responderán a la pregunta: ¿ratifica usted la nueva Constitución de la República?, tras haber sido responsable de su construcción.

Porque desde el 13 de agosto y hasta el 15 de noviembre pasado tuvo lugar un hecho sin precedentes en nuestra nación y quizá en el orbe. Obreros, campesinos, intelectuales, académicos, jóvenes mayores de 16 años, amas de casa, jubilados… tuvieron en sus manos los hilos que conducen el presente y futuro de esta nación.

Pero el ejercicio fue más allá y encontró criterios tras cruzar el océano porque montar en un avión no rompe con las ataduras naturales que se tiene con la tierra que te ve nacer.

Una decisión que puso en alto a la Patria, esa casa grande con cimientos de 150 años, pero que exige del aporte de cada uno de sus integrantes para que ni una sola de sus paredes se agriete y las bisagras de sus puertas y ventanas no rechinen por el moho de la abulia y apatía influenciada por tendencias que nada tienen que ver con esta Isla ubicada en el Mar Caribe. 

En 133 681 reuniones cada quien habló sobre lo que quiso, sin recibir miradas recriminatorias. Dijo lo que creía oportuno, a partir de sus experiencias, de sus modos de vida, subjetividades y, lo fundamental, sus ganas de empujar hacia adelante un país plural, en tantas formas como colores son posibles.

Fue un proceso que exigió de mucha responsabilidad y seriedad porque se originaron cambios en casi un 60 por ciento de los artículos del Proyecto, contentivo, entre otros aspectos relevantes, de los fundamentos políticos y económicos, los derechos y los deberes y la estructura del Estado.

Se trata de una Ley de leyes que desde el punto de vista legal e institucional está en sintonía con los Lineamientos de la Política económica y social del Partido y la Revolución por lo que su análisis sirvió para pulsar el sentir popular. Y a su vez, será escoltada por normas y disposiciones jurídicas como el Código de Familia.

 Nació y se consolidó así, un documento que por estos días sube al podio del cotilleo callejero porque traspasa los límites de la institucionalidad y desnuda la voluntad de todo un pueblo. Ese mismo que el venidero 24 de febrero la ratificará. Una Carta Magna que surgió con la certeza de que cada palabra se pensó, sugirió y confirmó por un bien común y para que sea sentida por cada una de las personas que abrazan las más sinceras expresiones de nacionalidad y amor a la Patria.

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