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Las sonrisas al descubierto… ¿Cuándo?

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

¿Quinientos cincuenta nuevos casos positivos? La cifra, que resumió el escenario epidemiológico de Cuba ayer, le erizó la piel a no pocos. Son demasiados casos, escuché decir, pero ¿qué esperábamos? La COVID-19 no desaparecerá por arte de magia y según vaticinaron los científicos la convivencia con el agente causante de la enfermedad exige una conducta individual totalmente responsable, aunque cada país establezca sus protocolos de actuación en el sector de la salud y en la sociedad en general.

Cuando el doctor Francisco Durán García, director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, explicaba en su conferencia habitual que el 55,2 por ciento de los casos estaban asintomáticos en el momento del diagnóstico, yo solo deseaba que quienes lo escucharan en ese momento, de inmediato, revisaran cómo llevaban el nasobuco y recordaran cuándo lavaron sus manos…

Como mínimo, confirmar si toman en serio, lo suficiente, esas medidas, las más elementales… ¿Se imagina cuál puede ser la cifra de los próximos días si seguimos restándole importancia y, sin percibir síntoma alguno, andamos por la vida «como Carmelina»? Ya La Habana se declaró en fase de transmisión autóctona limitada, con un promedio de 83 casos por día en la semana pasada, y entre las últimas jornadas, más de 300.

Durán García también despertó la alarma. De los 524 casos autóctonos del día, 212 están vinculados con viajeros internacionales… Y vuelve la duda. ¿Cuánto se cuida la familia de esos que llegan de otros países, quizá con un escenario más hostil que el cubano con relación a la propagación de esta enfermedad? ¿Acaso respetan cabalmente el distanciamiento en casa y las normas establecidas para la cuarentena obligada después de arribar del extranjero?

Y por si fuera poco, y eso sí demuestra la negligencia aplastante, se notificaron ayer 74 menores de 20 años contagiados, y un acumulado de 1674 personas en edades pediátricas positivas a la enfermedad durante toda la epidemia.

Muchas personas asumen que en edades tempranas la resistencia al virus es mayor y no es necesario preocuparse, pero eso es solo la manera más burda de justificar indisciplinas en el hogar. La salud de los infantes, ¿de quién depende? Fueron 431 casos el lunes, 487 el martes y 550 este miércoles. Hoy, ya sabremos. ¿Mañana? No busco culpables, mas quiero encontrar un Durán García feliz, unas cifras vacías y el brillo de miles de sonrisas al descubierto.

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